Li Xianxian bajó la cabeza tímida, pero un destello de satisfacción triunfante brilló en sus ojos.
Dado que la abuela Mo había sacado el tema de Mo Baichuan voluntariamente delante de ella, esto significaba que había un cien por ciento de posibilidades en su enredo.
Como los platos que preparaba Ni Yang estaban tan deliciosos, la abuela Mo comió hasta una docena de dumplings fritos, bebiendo un gran tazón de papilla de cereal, sólo entonces dejó sus palillos.
Con algunos dumplings restantes, junto con medio tazón de papilla de cereal y medio plato de lechuga salteada con cerdo, la abuela Mo ordenó específicamente que se guardaran para el almuerzo.
Al escuchar esto, Li Xianxian levantó la vista y dijo:
—Abuela, ahora que eres mayor, tu sistema digestivo no está en las mejores condiciones. Sería mejor tirar las sobras.
Sin embargo, la abuela Mo contestó casualmente:
—Está bien. Cuando era joven comí cubiertas de libros y raíces. ¿Qué son unas pequeñas sobras?
