Debido a su enfermedad a largo plazo, Mo Hudie solo tenía un buen amigo, Yang Guobao.
Además, ningún padre desearía que su hijo se relacionara con un niño enfermizo.
¿Y si su hijo atrapara lo que ella tenía?
Anteriormente, Yang Guobao venía a visitarla cada pocos días.
Pero ahora, si su memoria no le fallaba, Yang Guobao no había venido a verla en más de un mes.
¿Podría ser que Yang Guobao ya hubiera...?
Al pensar esto, la expresión de Mo Hudie se ensombreció.
Abuela Mo continuó:
—¿No te lo dije? Guobao fue llevado al campo por su madre, y todavía no ha regresado...
—¿Volverá Guobao? —preguntó de nuevo Mo Hudie.
Esta pregunta fue un poco difícil para Abuela Mo responder.
Yang Guobao había sido llevado por Wang Meifeng hace más de un mes, y no habían recibido noticias. ¿Quién podría estar seguro de la situación?
Anciana Zheng intervino:
—¿No ha pensado la familia Yang en traer de vuelta a Wang Meifeng y a su hijo?