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—¿Qué dijo ella? —preguntó Zhao Lan entre dientes—. ¿Qué otra cosa podría decir? Simplemente no tenía una alta opinión de Mo Qishen. Piénsalo, Mo Qishen ni siquiera se graduó de una escuela secundaria regular, mientras que Zhao Jingrong es una estudiante talentosa que regresó de estudiar en el extranjero. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que Mo Qishen no es suficiente para Zhao Jingrong.
—Además, también escuché que Zhao Jingrong ha jurado casarse con nadie más que con el señor Mog en esta vida —comentó Ji Rou, emitiendo un suspiro de alivio al escuchar que Mo Qishen y Zhao Jingrong habían cancelado su compromiso.
—¿No es el señor Mog bastante misterioso? ¿Zhao Jingrong alguna vez lo ha conocido en persona? —continuó Ji Rou.
—De eso no tengo idea —respondió Zhao Lan.
Después de charlar un rato con Zhao Lan, Ji Rou colgó el teléfono. Esta llamada telefónica le había dado un nuevo entendimiento sobre Mo Qishen.
