No podía evitar recordar las experiencias de su propia vida pasada.
Si los traficantes de personas la atrapaban de nuevo, lo que le esperaba sería similar al tormento de haberse casado con un eunuco en su vida anterior, ¡o incluso peor!
Este pensamiento hizo que el corazón de Ni Yang se apretara brutalmente.
—Hermano Mo —Ni Yang levantó la vista hacia Mo Qishen.
—¿Hmm? —Mo Qishen miró hacia arriba con perplejidad.
Por suerte, Ni Yang siempre llevaba un bolígrafo consigo. Escribió una frase en un pedazo de papel y se lo entregó a Mo Qishen.
Mo Qishen leyó la nota, su mirada titilando. Sostuvo la mano de Ni Yang para señalarle que no actuara precipitadamente.
Los traficantes de personas usualmente trabajaban en grupos y tenían una jerarquía organizada. No podían ser simplemente una o dos personas actuando solas; incluso podrían tener cómplices cerca.
Si actuaban precipitadamente, podría salirles el tiro por la culata.