Ni Yan se acercó a un puesto de verduras —Tía Liu, ¿podría pesarme tres libras de brotes de soja y luego tres libras de kelp...
El dueño del puesto, al levantar la vista y ver a Mo Qishen de pie junto a Ni Yan, brillaron sus ojos —Yangyang, ¿es este tu novio? ¡Vaya que es guapo!
Novio.
De alguna manera, al escuchar estas palabras, el rostro de Mo Qishen se sonrojó, burbujeando una sensación agradable en su interior.
Ni Yan ofreció una sonrisa leve —Tía Liu, has entendido mal, él no es mi novio, solo un buen amigo.
El dueño del puesto se rio —Yangyang, deja de dar rodeos, mira cómo se ha puesto de rojo este joven.
¿Todavía dices que no es tu novio?
Al oír esto, Ni Yan decidió no explicar más.
Cuanto más explicaba, menos claro quedaba.
¿Pero por qué Mo Qishen estaba tan rojo?
¡Para ser un hombre hecho y derecho, parecía tener la piel muy fina!
Luego Ni Yan fue con Mo Qishen a comprar carne de res, cordero y cerdo. Compró bastante, al menos tres libras para empezar.