El día siguiente llevaba consigo una mezcla de esperanza y aprensión para todos. Mientras el embarazo de Annabelle causaba estragos en la vida de Sophia, Evelyn iba camino a descubrir la verdad acerca de sus verdaderos padres, o al menos eso creía.
Damien estacionó el coche en un estrecho callejón, con Juan estacionando su coche justo detrás del suyo. Todos salieron al húmedo y sucio callejón, donde el olor los golpeó de inmediato. Avery arrugó la nariz en desagrado. —¿Estás seguro de que es aquí? —murmuró, ganándose una mirada penetrante de Damien y su asistente, quienes se habían esforzado al máximo para localizar este lugar.
Zevian apretó la mano de Evelyn con seguridad. —Estoy aquí contigo —susurró él, con voz firme a pesar de la tensión en el aire.