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En efecto, Wang Jiao había reencarnado.
Volvió a nacer desde sus cincuenta años de vida sin eventos remarcables hasta la plenitud de su juventud a los diecinueve.
Su piel suave, llena de elasticidad.
Su cabello negro azabache, liso y brillante.
El activo más hermoso era su propio rostro, un rostro ovalado naturalmente atractivo con ojos almendrados y labios de cereza. A pesar de verse un poco demacrada debido a la escasez de provisiones, estaba bendecida con buenos genes. Todo lo que necesitaba era su propia dieta nutritiva para recuperar su salud y apariencia.
Wang Jiao se parecía a su abuela, quien había sido la sirvienta más bella en la Familia Lu.
Su padre, Wang Zhengguo se convirtió en compañero de lectura del Padre Lu debido a esta conexión con la Familia Lu.
