Gu Yundong no sabía si reír o llorar. Simplemente la cargó y salió. Mientras caminaban, la tranquilizaba suavemente:
—¿Cómo podría Hermana Mayor no querer a Keke? Hermana Mayor está llevando a Madre al doctor. Keke también sabe que Madre está enferma, ¿verdad?
La niña pequeña enterró su cabeza en sus brazos, pero aún así asintió suavemente.
—Ese doctor está muy lejos ahora. Tu Hermana Mayor tiene que llevar a Madre rápidamente. Así, podrá traer a Madre de vuelta lo antes posible. En ese momento, Keke podrá ver a Hermana Mayor y a Madre otra vez.
—¿En ese momento, Madre se recuperará de su enfermedad?
—Es posible. Ese doctor es muy poderoso. Si Hermana Mayor lo encuentra, la enfermedad de Madre será curada.
La niña pequeña todavía abrazaba su cuello con fuerza, y sus sollozos gradualmente se volvieron más suaves. Después de un rato, dijo suave y firmemente:
—Entonces Hermana Mayor, ve. Yo seré buena. Esperaré en casa. Yo-Yo también cuidaré de Hermano Mayor y no lo haré llorar.