El día amaneció tranquilo, pero Jonás sabía que eso no duraría mucho. La calma en el refugio solo significaba una cosa: estaba listo para expandir sus operaciones. Sabía que si no seguía avanzando, no lograría acumular suficientes puntos para invocar a las tropas más poderosas que el sistema le ofrecía.
Abrió la interfaz del sistema, revisando sus opciones. Los 270 puntos que tenía actualmente eran insuficientes para sus grandes metas, pero sabía que todo era cuestión de tiempo. Mientras navegaba, algo nuevo apareció en la pantalla.
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Misión secundaria: Desmantelar Instalación Antigua.
Descripción: Se ha detectado una instalación tecnológica antigua a 10 kilómetros al norte del refugio. Desmantelar y recuperar su tecnología otorgará 300 puntos adicionales.
Recompensa: 300 puntos adicionales.
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Jonás arqueó una ceja. El sistema rara vez le ofrecía este tipo de misiones, pero sabía que las recompensas eran jugosas. 300 puntos adicionales serían un buen empuje hacia su objetivo de 5000 puntos.
—Perfecto, —dijo para sí mismo, con una leve sonrisa—. Nos pondremos en marcha de inmediato.
Reunió a su equipo rápidamente. Los tres Astartes, el Apotecario y los Guardias Imperiales sabían que esta misión era crucial. El baluarte, como siempre, se colocó al lado de Jonás, listo para protegerlo de cualquier amenaza. Los tácticos ya estaban cargando sus armas y preparándose para el combate.
—Hoy nos dirigimos hacia el norte, —dijo Jonás—. Tenemos una misión importante. Desmantelaremos una instalación tecnológica antigua y traeremos todo lo que podamos recuperar.
Los Guardias Imperiales se quedaron en el refugio para mantener la seguridad mientras Jonás y su equipo salían una vez más a las tierras desoladas. El aire estaba frío, y el cielo gris solo aumentaba la sensación de peligro que emanaba del entorno. Pero Jonás estaba listo. Sabía que esta misión sería un gran paso hacia sus ambiciones.
Después de varias horas de marcha, llegaron a la ubicación que el sistema había señalado. La instalación estaba en ruinas, como casi todo en este mundo, pero había señales claras de que era una antigua base militar. Los restos de vehículos blindados y torretas automáticas cubrían el área.
—Baluarte, —dijo Jonás, señalando la entrada—, asegúrate de que todo esté despejado antes de que entremos.
El Astartes baluarte se adelantó, moviéndose con la eficiencia característica de su clase. Los tácticos le siguieron, cubriendo los flancos mientras escaneaban el área en busca de posibles amenazas.
—Maestro, detectamos movimiento dentro de la instalación, —informó uno de los Astartes tácticos.
Jonás frunció el ceño. Sabía que no sería tan fácil, pero nada en este mundo lo era.
—Sigamos adelante, —ordenó, mientras su equipo se preparaba para lo que pudiera venir.
Entraron en la instalación, sus pasos resonando en los pasillos de metal. Había señales claras de que alguien o algo había estado allí recientemente. Las luces parpadeaban débilmente, y el aire estaba cargado de polvo.
—Movimiento detectado, maestro, —dijo el Astartes táctico desde el frente.
De repente, un grupo de mutantes deformes apareció desde una esquina, atacando con furia.
—A por ellos, —ordenó Jonás.
Los Astartes reaccionaron inmediatamente. Los tácticos abrieron fuego, eliminando a varios mutantes antes de que pudieran acercarse. El baluarte avanzó, blandiendo su espada con precisión letal. Los mutantes no tenían oportunidad.
El combate fue rápido y eficiente, y pronto el suelo estaba cubierto de cuerpos deformes.
—Área despejada, maestro, —informó uno de los tácticos.
Jonás revisó la interfaz del sistema.
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Mutantes abatidos: 10
Puntos obtenidos: 20 puntos.
Puntos totales: 290 puntos.
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Satisfecho con el progreso, Jonás continuó explorando la instalación. En el centro del complejo, encontraron lo que estaban buscando: una sala llena de tecnología avanzada. Consolas antiguas, equipos de comunicación y restos de armamento avanzado cubrían las paredes.
—Esto es lo que necesitamos, —dijo Jonás, sonriendo—. Llevaremos todo lo que podamos al refugio.
El equipo trabajó rápidamente, desmontando los equipos y asegurando todo lo que pudieran cargar. Los Astartes movían las piezas más pesadas con facilidad, mientras el Apotecario revisaba cualquier cosa que pudiera ser útil desde un punto de vista biológico.
Una vez que todo estuvo asegurado, Jonás revisó nuevamente la interfaz del sistema.
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Misión secundaria completada: Desmantelar Instalación Antigua.
Recompensa obtenida: 300 puntos.
Puntos totales: 590 puntos.
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Jonás sonrió ampliamente. Esta misión había sido un éxito rotundo. Ahora estaba mucho más cerca de su objetivo de invocar un Astartes Primaris.
—Regresemos al refugio, —dijo finalmente—. Hemos hecho un gran progreso hoy.
El camino de vuelta fue tranquilo, y Jonás no podía evitar sentirse emocionado por lo que estaba por venir. Sabía que, con cada misión, cada punto obtenido, su poder aumentaba. Y pronto, estaría en una posición que ningún otro humano en este mundo podría igualar.
De regreso en el refugio, entregaron los nuevos equipos al Adeptus Mechanicus, quien de inmediato comenzó a trabajar en las mejoras. Jonás, por su parte, sabía que este era solo el principio. Cada nuevo día traía consigo más oportunidades para avanzar.