El refugio bullía de actividad. Los nuevos recursos tecnológicos que habían traído de las misiones estaban siendo estudiados por el Adeptus Mechanicus, y el Apotecario seguía examinando los restos biológicos del mutante de élite que habían abatido. Jonás caminaba por los pasillos, observando a sus tropas mientras los Guardias Imperiales y los supervivientes rescatados se entrenaban y trabajaban en mejorar las defensas.
Con 690 puntos en su haber, Jonás sabía que estaba en una buena posición, pero también comprendía que había mucho más que podría hacer con el sistema. El Astartes Primaris seguía siendo su objetivo a largo plazo, pero en ese momento abrió la interfaz de la tienda, decidido a ver qué otras opciones tenía a su disposición.
La tienda del sistema estaba repleta de opciones que Jonás aún no había explorado por completo. Desde armas avanzadas hasta tecnología y maquinaria, había tantas posibilidades que casi se sintió abrumado por un instante. Sabía que no podía gastar todos sus puntos, pero invertir en el desarrollo del refugio y en equipamiento para sus tropas sería una decisión inteligente.
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Opciones disponibles en la tienda:
Dron de Reconocimiento (150 puntos)
Un dron avanzado que puede mapear grandes áreas y detectar amenazas antes de que se acerquen al refugio.
Paquete de Armas Avanzadas (200 puntos)
Un conjunto de armas láser de alta potencia para los Guardias Imperiales, aumentando su efectividad en combate.
Sistema de Defensa Automática (300 puntos)
Un sistema que coloca torretas automáticas alrededor del refugio, capaces de abatir a mutantes y otras amenazas antes de que puedan acercarse.
Paquete de Alimentos Avanzados (50 puntos)
Provisiones nutricionales para el refugio, asegurando que las tropas se mantengan en óptimas condiciones por más tiempo.
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Jonás examinó las opciones, pensando detenidamente. El dron de reconocimiento le permitiría explorar nuevas áreas sin arriesgar a sus tropas, lo que podría ser útil en futuras misiones. El sistema de defensa automática, aunque más caro, proporcionaría una gran ventaja defensiva para el refugio. Y, por supuesto, las armas avanzadas podrían hacer que los Guardias Imperiales fueran mucho más efectivos.
—Es hora de invertir en el futuro, —murmuró Jonás mientras seleccionaba algunas opciones.
Primero, decidió comprar el Paquete de Armas Avanzadas por 200 puntos. Los Guardias Imperiales necesitaban estar mejor equipados, y esto les daría una ventaja considerable en caso de que hubiera un ataque al refugio.
Después, también seleccionó el Paquete de Alimentos Avanzados por 50 puntos. Sabía que mantener a su gente bien alimentada y saludable era fundamental para el éxito a largo plazo.
Finalmente, Jonás decidió que el Dron de Reconocimiento sería crucial para futuras exploraciones, y lo compró por 150 puntos.
—Armas, provisiones y exploración, —dijo Jonás, confirmando sus compras—. Eso debería darnos un buen impulso.
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Puntos gastados: 400 puntos
Puntos restantes: 290 puntos.
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Jonás cerró la interfaz del sistema, satisfecho con sus decisiones. Los Guardias Imperiales pronto recibirían sus nuevas armas, y el refugio estaría bien abastecido por las próximas semanas. Además, el dron sería una gran ventaja para las misiones de exploración.
El Adeptus Mechanicus, que había estado supervisando las actividades en la sala de control, se acercó a Jonás.
—Maestro, —dijo con su voz metálica—, las mejoras en las defensas perimetrales estarán listas en breve. Además, hemos optimizado la producción de biomasa, lo que nos permitirá mantener a nuestras tropas alimentadas durante el doble de tiempo.
Jonás asintió, satisfecho. Todo parecía marchar según lo planeado, pero sabía que necesitaría más puntos y más tropas si quería asegurarse de que su dominio fuera absoluto.
—Daremos prioridad a esas estructuras, —dijo Jonás, revisando el mapa—. Pero antes de que lo hagamos, quiero asegurarme de que nuestras tropas estén listas.
Un rato después, Jonás se reunió con los tres Astartes, el Apotecario y los Guardias Imperiales. Los Guardias recibieron sus nuevas armas, y Jonás observó cómo probaban el armamento láser, impresionado por su potencia.
—Esto nos dará una ventaja significativa, —dijo uno de los Guardias Imperiales, admirando el nuevo equipo.
—Exactamente, —respondió Jonás—. Aseguraos de estar listos para cualquier eventualidad.
La misión de exploración al sur estaba programada para el día siguiente. Jonás sabía que era un paso crucial, ya que no solo podrían encontrar más tecnología, sino que también podrían encontrar más supervivientes, lo que significaría más puntos.
Al amanecer, el equipo partió. El baluarte, los dos Astartes tácticos, y el Apotecario marchaban junto a Jonás. El dron de reconocimiento, que había comprado el día anterior, ya había mapeado parte del área, y los datos que había recolectado indicaban que la zona era relativamente segura, aunque siempre había que esperar lo inesperado.
—Según el dron, —dijo Jonás mientras revisaba los informes—, hay varias estructuras intactas. Nos centraremos en la más grande. Si encontramos tecnología útil, la traemos de vuelta. Si encontramos mutantes, los eliminamos.
El equipo avanzó, moviéndose con precisión militar. Las ruinas al sur eran más grandes de lo que Jonás había anticipado, con varias estructuras que aún parecían estar en pie. El Apotecario se detuvo para analizar el entorno, asegurándose de que no hubiera riesgos biológicos.
—Movimiento detectado, maestro, —dijo uno de los Astartes tácticos, levantando su arma.
Jonás frunció el ceño. Sabía que no iba a ser tan fácil.
De repente, un grupo de mutantes apareció entre las ruinas, atacando con una ferocidad inesperada. Los Astartes abrieron fuego de inmediato, eliminando a varios de ellos antes de que pudieran acercarse.
—¡A por ellos! —ordenó Jonás, manteniendo la calma mientras los Astartes y los Guardias Imperiales enfrentaban a los mutantes.
El combate fue intenso, pero las nuevas armas láser de los Guardias Imperiales demostraron ser extremadamente efectivas. Los mutantes cayeron rápidamente, incapaces de resistir el poder del armamento avanzado.
—Área despejada, maestro, —informó uno de los Astartes tácticos.
Jonás abrió la interfaz del sistema, revisando los puntos obtenidos por el combate.
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Mutantes abatidos: 15
Puntos obtenidos: 30 puntos.
Puntos totales: 320 puntos.
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Satisfecho con el progreso, Jonás continuó liderando al equipo hacia la estructura más grande. Las puertas de la instalación estaban selladas, pero con la ayuda de los Astartes, lograron abrirlas.
En el interior, encontraron algo inesperado. Había restos de lo que parecía ser un laboratorio avanzado. Equipos de investigación, computadoras viejas, y lo que parecía ser una máquina experimental aún intacta.
—Esto podría ser un descubrimiento importante, —dijo Jonás, inspeccionando la máquina—. Si podemos entender cómo funciona, podría cambiar nuestras operaciones por completo.
El equipo trabajó rápidamente, asegurando todo lo que podían llevar de vuelta al refugio. El Apotecario recogió varias muestras biológicas que podrían ser útiles más tarde.
Mientras el equipo cargaba el equipo en los vehículos que habían traído, el dron de reconocimiento continuaba patrullando los alrededores, asegurándose de que no hubiera más amenazas inmediatas. La información que proporcionaba el dron resultó ser increíblemente valiosa, detectando posibles rutas de escape y áreas que podrían explorarse en futuras misiones.
De vuelta en el refugio, Jonás entregó los restos tecnológicos al Adeptus Mechanicus, quien los recibiría con gran interés.
—Esto nos permitirá mejorar nuestras armas, maestro, —dijo el Adeptus mientras inspeccionaba los componentes—. Con un poco de tiempo, podremos aumentar la eficiencia de nuestras defensas y quizás crear algo nuevo.
Jonás asintió, contento con los resultados del día. Cada misión, cada victoria, lo acercaba más a su meta final. Los 320 puntos que había acumulado eran una clara señal de que estaba progresando de manera sólida, pero sabía que aún faltaba mucho para alcanzar su objetivo más ambicioso: invocar al Astartes Primaris o, más adelante, a un Primarca. Cada paso que daba, cada misión que completaba, lo acercaba más a ese momento de gloria, pero el camino aún era largo y peligroso.
Esa noche, Jonás no pudo descansar con facilidad. Se encontraba en su habitación, mirando la interfaz del sistema y revisando los recursos que había adquirido durante el día. El dron había demostrado ser una compra valiosa, y las armas láser estaban aumentando considerablemente la capacidad de sus Guardias Imperiales. Sin embargo, su instinto le decía que los mutantes que estaban enfrentando solo eran una pequeña parte de algo mucho más grande.
—No podemos quedarnos quietos, —se dijo a sí mismo mientras revisaba una vez más el mapa de las zonas circundantes.
Había mucho más por explorar y conquistar, pero también debía ser estratégico en sus movimientos. A cada paso, los mutantes se volvían más peligrosos y había rumores de que otros grupos de supervivientes no veían con buenos ojos la expansión de su refugio.
Al día siguiente, Jonás reunió a su equipo. La misión de exploración había sido un éxito, pero ahora era el momento de actuar con mayor ambición. Sabía que necesitaba más recursos y puntos, pero también debía expandir el refugio para asegurar un dominio a largo plazo.
—Nos dirigiremos hacia el oeste, —anunció Jonás mientras señalaba en el mapa una región que había permanecido inexplorada—. Según los informes del dron, hay restos de una base militar antigua en esa dirección. Si encontramos lo que espero, podríamos asegurarnos de tener un arsenal considerable y más recursos.
Los Astartes asintieron, siempre dispuestos a cumplir las órdenes de su maestro. El baluarte, con su espada y escudo, estaba listo para enfrentar cualquier peligro. Los Guardias Imperiales, con sus nuevas armas láser, se preparaban para partir.
Jonás hizo una pausa antes de salir. Abrió la interfaz del sistema una vez más, buscando cualquier nuevo recurso que pudiera ser útil para la misión. Esta vez, se fijó en algo que no había considerado antes.
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Nuevo recurso desbloqueado: Sistema de Transporte Pesado (250 puntos).
Descripción: Vehículo blindado capaz de transportar grandes cantidades de equipo, tropas y recursos en entornos hostiles.
Costo: 250 puntos.
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Jonás sonrió. Esto cambiaría la dinámica de sus misiones. El transporte pesado le permitiría no solo mover a sus tropas de manera más rápida y segura, sino también transportar recursos de vuelta al refugio con mayor facilidad. Sin dudarlo más, hizo la compra.
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Puntos gastados: 250 puntos.
Puntos restantes: 70 puntos.
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El transporte blindado llegó rápidamente. Era una bestia de metal, con ruedas enormes y armadura reforzada, diseñada para resistir incluso los ataques más feroces de los mutantes. Jonás sabía que esta nueva adición haría sus expediciones mucho más eficientes.
El equipo abordó el transporte, y Jonás tomó asiento junto al baluarte. Sabía que esta misión podría ser peligrosa, pero también estaba convencido de que el riesgo valía la pena.
El viaje hacia el oeste fue tranquilo al principio, pero el paisaje pronto comenzó a volverse más hostil. Las ruinas de edificios y vehículos destrozados indicaban que esta área había sido testigo de batallas brutales en el pasado. El dron de reconocimiento patrullaba desde el aire, enviando información constante sobre el terreno y cualquier posible amenaza.
—Nos estamos acercando, —dijo uno de los Astartes tácticos desde el frente del transporte.
La base militar apareció en el horizonte. O, al menos, lo que quedaba de ella. Las estructuras estaban en su mayoría destruidas, pero había algunos edificios que seguían en pie. Jonás salió del vehículo, seguido de su equipo, y comenzó a explorar el área.
—Cuidado, —dijo Jonás—. No sabemos qué podríamos encontrar aquí.
El equipo se movió con cautela, los Astartes al frente, escaneando las ruinas en busca de cualquier amenaza. El dron de reconocimiento detectó movimiento dentro de una de las estructuras más grandes.
—Movimiento detectado al suroeste, maestro, —dijo uno de los Astartes.
Jonás frunció el ceño. Sabía que era demasiado pedir que la base estuviera desierta.
—Preparemos el ataque, —ordenó Jonás.
Los Astartes y los Guardias Imperiales tomaron posiciones, y Jonás comenzó a moverse hacia la estructura. De repente, una horda de mutantes salió de las sombras, atacando con una furia descomunal.
—¡A por ellos! —gritó Jonás.
Los Astartes abrieron fuego, disparando con precisión letal. El baluarte se lanzó al combate cuerpo a cuerpo, cortando a los mutantes con su espada y bloqueando sus ataques con su escudo. Los Guardias Imperiales, con sus armas láser, apoyaban desde la retaguardia, eliminando a los mutantes que intentaban acercarse demasiado.
La batalla fue intensa. Los mutantes eran numerosos y parecían más organizados de lo habitual. Sin embargo, la superioridad táctica de los Astartes y el nuevo equipo de los Guardias Imperiales marcó la diferencia. Uno a uno, los mutantes cayeron, hasta que el área quedó despejada.
—Área despejada, maestro, —informó uno de los Astartes tácticos.
Jonás abrió la interfaz del sistema para verificar los puntos obtenidos por la batalla.
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Mutantes abatidos: 30
Puntos obtenidos: 60 puntos.
Puntos totales: 130 puntos.
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Jonás sonrió con satisfacción. Era un buen avance, aunque sabía que necesitaría mucho más para alcanzar sus metas. Ahora que la zona estaba despejada, el equipo pudo entrar en la base militar con más tranquilidad.
En el interior, encontraron lo que habían estado buscando: restos de armas, equipos de comunicación, e incluso lo que parecía ser un generador de energía que aún funcionaba.
—Esto es un hallazgo importante, —dijo Jonás, inspeccionando el generador—. Si logramos transportarlo al refugio, podríamos aumentar nuestra capacidad energética de manera considerable.
El equipo trabajó rápidamente, asegurando los recursos y transportándolos al vehículo blindado. El generador era lo más valioso, pero también encontraron varias armas avanzadas que podrían utilizarse para fortalecer las defensas del refugio.
De regreso en el transporte, Jonás se tomó un momento para reflexionar sobre la misión. Habían logrado obtener un recurso clave, y las nuevas armas serían una gran ventaja en los combates futuros. Pero también sabía que los mutantes estaban volviéndose más agresivos y organizados. Tendría que estar preparado para lo que viniera.