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Chapter 66 - Asalto a la mansión VI

Jalren había sido testigo de cómo arrasaron con casi todos sus hombres en un parpadeo. El ataque que habían utilizado contra ellos fue muy silencioso y letal; solo unos pocos fueron capaces de esquivarlo. Pero, por desgracia, la mayoría no contó con esa suerte. En el suelo yacían muchos de sus hombres muertos debido al ataque anterior; la precisión de ese ataque fue abismal. Esas extrañas vides atravesaron los puntos vitales de los aventureros y mercenarios; a causa de esto, la mayoría murió en el acto, y quienes lograron moverse a tiempo recibieron heridas fatales que los estaban matando poco a poco. Hubo quienes perdieron los brazos y otros quienes perdieron sus piernas. Las vides, que habían salido de la tierra después de apuñalarlos y perforarlos sin piedad, se contrajeron y regresaron a la tierra en un instante. Los que sobrevivieron y vieron esto no dejaban de ver hacia el suelo; estaban temerosos de que volviesen a salir y los tomaran con la guardia baja.

"24 muertos y 18 incapacitados en un solo ataque. Quedan 32 piezas que aún son de utilidad", dijo Jalren mientras veía cómo los sobrevivientes formaban equipos para atacar a la niña que había causado toda esta destrucción. Habían formado 8 grupos de 4 personas; él no tuvo la necesidad de ordenarles que hicieran tal cosa. Una pequeña risilla se formó en sus labios al verlos actuar de esta forma.

Aris intervino; él tampoco había salido lastimado con aquel ataque. Desde el mismo instante en que se había teletransportado a este lugar, había mantenido su guardia siempre alta. Se le acercó a Jalren y le comentó:

"Estamos en desventaja; ya perdimos a muchos hombres capaces, y esa niña no ha empezado ni a sudar. Sin lugar a dudas, aquel individuo tuvo algo que ver con esto. La barrera que nos rodea, fue creada por él, ya que esta no irradia ni una sola pizca de maná. Y esa niña, no es una ilusión; después de todo, soy capaz de sentir su maná, es el maná característico de un elfo", dijo Aris. Él había estado inspeccionando a la niña; al principio había pensado que se trataba de aquel individuo que había adoptado la forma de la niña por medio de una ilusión, pero descartó esa idea al sentir el maná de esta niña. Era el maná de un elfo en toda regla.

"Cállate, es obvio que no se trata de una ilusión. Mira, esa cosa ni miedo tiene al estar rodeada de tantos enemigos. Tiene mucha confianza en sus palabras y en su poder", Jalren estaba emocionado; estaba midiendo a aquella niña.

A Aris no le agradaba para nada la situación; él sabía mejor que nadie cómo era la personalidad de Jalren. A él le encantaban los uno contra uno; él no era de los que atacaban en grupo para cazar a una sola persona. Aris sabía mejor que nadie la razón por la que él había sido nombrado el líder de esta operación: todo eso se debía al poder que él poseía. Básicamente, él era casi imposible de matar; para matarlo se tenían que cumplir varias condiciones, y la primera de ellas era que él se tenía que quedar sin maná, cosa que nunca había pasado, ya que, por lo general, él no usaba maná para luchar. Él se ocupaba de sus enemigos solo luchando cuerpo a cuerpo, ya que la dureza de su cuerpo no debía ser subestimada. Por lo general, las armas rebotaban en su cuerpo cada vez que intentaban cortarlo; básicamente, era una pérdida de tiempo atacarlo de forma física. El poder que le fue concedido era gigantesco; con él se había alzado en lo más alto.

Jalren les ordenó a Mostrug, Igroxith y Brozgathan que no intervinieran en la pelea que estaba ocurriendo; después de todo, ellos eran sus mejores activos. Aris, por otro lado, no tenía intenciones de atacar de forma descuidada. Ahora que había perdido su poder en manos de ese individuo, no podía ir de forma descuidada; estaba esperando y analizando a su oponente. Estaba buscando una brecha por la que él pudiera tomar por sorpresa a la niña; él no era idiota y sabía que la niña tenía una visión muy amplia. Después de todo, estaba viendo cómo luchaban. Vio cómo los ocho grupos de cuatro personas rodeaban a la niña y la atacaban con todo lo que tenían. Los guerreros iban al frente y atacaban con sus espadas y lanzas, mientras que los magos y sanadores hacían su trabajo desde atrás. Pero había un problema: los sanadores se quedaban sin trabajo qué hacer en un instante, ya que la niña agitaba el hacha que tenía en su mano y cortaba los escudos de los guerreros y partía a la mitad a los aventureros y mercenarios, asesinándolos en un instante. Los sanadores no podían sanar si ya estabas muerto, y además, sanar a una persona que había sido partida por la mitad requería de semanas de arduo trabajo, y aún así no podrían garantizar la vida de la persona. Los magos lanzaban bolas de fuego, pero estas impactaban con las barreras que creaba la niña. Al ver que la potencia de fuego no era la indicada, los magos optaron por aumentar el consumo de su maná para que las bolas de fuego fueran más efectivas y de esta forma romper las barreras de la niña, pero ni así fueron capaces de romperlas. El oxígeno de la zona estaba disminuyendo rápidamente cada vez que lanzaban esas potentes bolas de fuego. Uno de los grupos incluso lanzó hechizos de tipo tierra tratando de tomar desprevenida a la niña, pero, como por arte de magia, la niña se movía en un instante, esquivando los picos que salían de la tierra. Parecía poder ser capaz de sentir el movimiento del maná. Hubo un mago que fue quien estuvo más cerca de hacerle daño a la niña; este utilizó un hechizo secreto que solo él conocía y que fue heredado por su familia: era una cuchilla de viento que se camuflaba muy bien con el maná de la atmósfera. El logró hacerle un pequeño corte en la mejilla a la niña; parecía que su ataque había sido efectivo y que logró tomarla con la guardia baja. Pero eso no significaba que fueran muy buenas noticias para él, ya que la niña, al ser lastimada, había dejado de atacar con el hacha que tenía en su mano derecha y, en su lugar, había cambiado su estilo de pelea.

'Aumentando la velocidad de transformación de energía.'

'Se cambiará el estilo de combate; no se mostrarán los poderes propios del recipiente hasta que llegue el momento de enfrentarse a las figuras clave.'

'Se luchará como un mago a partir de este momento, ya que las figuras claves intentan determinar qué clase de capacidades poseemos.'

'Desde ahora en adelante se utilizarán hechizos mágicos para eliminar a los invasores.'

El mago que había utilizado su hechizo secreto pronto abrió los ojos por la sorpresa. La niña, a la que había intentado rebanar con su hechizo de corte de viento, pronto soltó su arma y parecía que había quedado desprotegida. Pero la realidad era muy diferente. De la nada, la pequeña niña extendió su mano izquierda, apuntándola hacia él. Cabe destacar que él estaba detrás de su equipo, ya que, al ser un mago, él tenía que ser protegido. Lo que hizo la niña lo dejó boquiabierto; se pudo ver cómo delante de su mano comenzó a aparecer un círculo mágico. Era el mismo círculo mágico que el había empleado hace unos instantes para atacarla. Cabe destacar que ese hechizo estaba compuesto por múltiples procesos y aprenderlo le había tomado muchos años de estudio; por eso estaba sorprendido, ya que solo lo había utilizado una vez, pero esa niña parecía que lo había copiado a la perfección, y más que copiarlo, el hechizo de ella parecía ser más poderoso que el suyo. El mago de inmediato levantó sus manos y comenzó a cargar su propio hechizo para contrarrestar al de la niña; tenía que cargar un hechizo lo suficientemente poderoso para contrarrestar al de ella. Él vertió todo su maná en ese hechizo. Gritó el mago:

"¡A un lado! La voy a acabar."

Una vez que dijo eso, el grupo de personas que lo protegían de inmediato se quitaron del medio, y una vez que hicieron eso, él pudo soltar su hechizo a máxima potencia. Y la niña también soltó su propio hechizo, pero para desgracia del mago, él no contó con que la diferencia era tan abismal. Del hechizo del mago solo salieron 28 cortes de viento que se camuflaron perfectamente en la atmósfera; fácilmente podrían ser cortes invisibles, difíciles de detectar; pero del hechizo de la niña salieron 108 cortes que no solo rebanaron al mago en pequeños pedacitos, sino que también los compañeros del mago fueron víctimas de ese hechizo. En el lugar se podían ver cabezas cortadas y extremidades sueltas por todo el lugar; los charcos de sangre abundaban en la zona. Ese ataque de la niña había cobrado cuatro vidas. Los otros grupos de aventureros y mercenarios no pudieron hacer nada; después de todo, no podrían revivir a los muertos. La tensión era palpable en el lugar, y el miedo se podía sentir. Aquellos que habían logrado sobrevivir hasta ahora ya empezaban a perder la esperanza; se empezaron a escuchar las voces de pánico:

"Tiene que ser una maldita broma ¡También puede lanzar hechizos! ¿Cómo demonios se supone que vamos a acercarnos a ella?"

"¡Maldita sea! Por eso era tan alta su recompensa."

"Mira a esa cosa; nos está matando de uno en uno y apenas le hemos hecho un pequeño corte en la mejilla."

"Más que lanzar hechizos, parece que los está aprendiendo en el mismo instante en que se los lanzamos. ¡Maldita sea!"

"¡Maldita sea! No debí aceptar este maldito trabajo; me hubiese conformado simplemente con cazar algunas bestias en el bosque."

Mientras ellos decían esas cosas, poco después la niña, como por arte de magia, comenzó a sanar la pequeña herida que tenía en la mejilla. Al ver esto, todos quedaron en shock, y la molestia era palpable en el lugar:

"¿Qué mierda? ¿Quién utilizó un hechizo curativo?"

Todos voltearon a ver a cierto mago sanador; él se estaba curando con un hechizo curativo en vez de usar su habilidad innata.

"Lo que faltaba; también aprendió a curarse. ¡Por tu maldita culpa, infeliz! ¿Qué demonios te pasa? ¿Acaso no estás escuchando que esa maldita mocosa puede aprender nuestros hechizos en cuestión de nada?", dijo un aventurero que empuñaba una espada larga en su mano izquierda. El mago sanador le contestó al aventurero que lo estaba regañando:

"Vete a la mierda; solo usé un hechizo básico de sanación; eso no debería de sanar las heridas de esa forma. Ve y culpa a ese maldito monstruo que está ahí; no sé cómo lo hizo, pero parece que mejoró el hechizo."

Mientras los sobrevivientes discutían entre ellos mismos, la pequeña niña había comenzado a cargar no solo uno, sino 10 hechizos del mismo tipo que el que había usado antes. Al notar esto, los sobrevivientes de inmediato supieron que tenían que levantar una barrera para defenderse; de inmediato y sin vacilar, todos se colocaron alrededor de los magos. Ya habían visto el alcance que tenían los hechizos que utilizaba esa niña; uno solo ya era un ataque de área, y en este caso habían 10. Tenían que defenderse con barreras; si por pura casualidad, las barreras de los magos no aguantaban, ese sería el fin de todos. Cada mago que aún quedaba en pie levantó la mejor barrera que pudo; perdieron todo su maná restante en la barrera, y el resultado no se hizo esperar. Más de mil cortes salieron disparados de los hechizos; cada corte era casi indetectable por su peculiaridad de camuflarse con la atmósfera. Pero eso no era lo único aterrador de ese hechizo; lo verdaderamente aterrador fue cómo rompía las barreras como si nada y asesinaba a la gente que yacía en el interior de esas barreras. En la zona solo se podían escuchar los sonidos del chorro de sangre saliendo de los cuellos de las personas y las cabezas rodando como pelotas por todo el lugar; y entre tanta matanza y sangre se podía ver una figura que estaba extremadamente limpia; su cuerpo no había tocado ni una sola gota de sangre de sus enemigos, y su vestido mucho menos, estaba igual de blanco que al principio. Después de unos segundos se pudo apreciar la masacre que había sucedido. La niña pudo observar que cuatro personas habían sobrevivido a su hechizo; se trataban de nada más ni nada menos que de cuatro mercenarios, pero no iban a aguantar mucho con las heridas que tenían. Sus capuchas ya no se encontraban aptas para ocultar su identidad, y sus máscaras estaban quebradas; sus identidades eran las de tres hombres adultos y una mujer. Habían sobrevivido por pura suerte; cada uno de ellos tenía cortes importantes en todo el cuerpo; solo era cuestión de tiempo para que murieran desangrados. La niña levantó nuevamente su mano para rematarlos, pero cuando estuvo a punto de activar su hechizo, uno de los hombres que protegían a la mujer habló:

"Piedad para mi señora, por favor."

Eso fue lo que salió del hombre; estaba más que claro que estaba pidiendo clemencia, pero no para él, sino para su señora; se estaba refiriendo a la mujer que rodeaban y protegían. La niña, al ver que le pedían clemencia, preguntó aún con su mano levantada y su hechizo a medio formarse:

"¿Por qué dejaría vivir a quienes se levantaron contra mí? Les había dado la oportunidad de sobrevivir si mataban a sus compañeros, pero no lo hicieron, y es difícil para mí retractarme ahora. Solo queda un camino ahora."

Una vez que terminó de hablar, el hechizo que tenía a la espera se completó, y cuando estuvo a punto de lanzarlo, habló la mujer que parecía estar en sus 20 años de edad:

"Pagaré por mi vida y las de mis camaradas."

Mientras decía eso, sacó cierto objeto de su anillo dimensional; pareció llamar la atención de la niña, haciendo que ella deshiciera el hechizo que estaba a punto de lanzar.