¡Splash!
Ye Yuan aterrizó dentro de la boca del manantial, levantando una ola.
—¡Ahh! Hermano Mayor Yuan, ¡no! —gritó Yue Mengli.
Sin embargo, ya era demasiado tarde. Todo el ser de Ye Yuan se sumergió.
Cuando las dos personas llegaron corriendo al manantial, ¿cómo podrían aún ver la figura de Ye Yuan? El agua del manantial era claramente transparente, pero uno no podía ver a Ye Yuan en absoluto.
Yue Mengli realmente quería saltar directamente al agua sin pensarlo ni un segundo, pero fue detenida por Yue Jianfeng.
—Li-er, ¡no! ¡Este es un manantial de decadencia! ¡Incluso si yo cayera dentro, tampoco habría forma de salir con vida! —dijo Yue Jianfeng.
Las lágrimas de Yue Mengli fluyeron de golpe. Ella no podía creer que Ye Yuan realmente hubiera saltado directamente.
Lo que dijo Yue Jianfeng era cierto. Incluso si un poderoso de Reino Profundo del Dao como él saltara, también sería imposible sobrevivir, y mucho menos Ye Yuan.
