La fuerza del alma de Ye Yuan se vertía hacia Yue Mengli sin tener en cuenta su propia vida, intentando salvar la situación que se deterioraba.
Sin embargo, la vida de Yue Mengli se estaba escapando rápidamente en ese momento. Incluso si Ye Yuan intentaba desesperadamente detenerlo, no tenía poder para cambiar el rumbo tampoco.
—¡Maldita sea! Perla Supresora de Almas, ¿no eres muy poderosa? ¡Salva a Li-er rápidamente! —Ye Yuan estaba muy ansioso y no pudo evitar maldecir.
En este mismo momento, ¡el único método en el que Ye Yuan podía pensar era la Perla Supresora de Almas!
Sin embargo, no importaba cuánto maldecía, la Perla Supresora de Almas no tenía ninguna reacción.
Muy pronto, la fuerza del alma de Ye Yuan se agotó por completo, mientras que el alma divina de Yue Mengli se hacía cada vez más tenue, ya al borde de desaparecer.
