—Lu-er utilizó su fuerza restante para luchar, pero este débil intento fue fútil e inútil.
—Actualmente, su energía esencial estaba agotada. Ni siquiera podía suicidarse.
—Lu-er se volvía cada vez más aterrorizada y cada vez más débil.
—Si fuera mancillada por alguien como él, ¡preferiría morir!
—¡Pah!
—Zhang Heng abofeteó la cara de Lu-er y escupió mientras decía: "Pequeña perra. ¿Todavía no te sometes cuando ya estás así? ¡Realmente estás pidiendo una paliza!"
—Lu-er sufrió a causa de esa bofetada, y un lado de su cara se hinchó inmediatamente. Se quedó allí inmóvil como si se hubiera resignado a su destino.
—Al ver la situación, Zhang Heng sonrió maliciosamente y dijo: 'Así está mejor. No te preocupes. Después de hoy, ¡no podrás alejarte de este Hermano aprendiz mayor! ¡Jajaja!'
—Después de decir eso, Zhang Heng se inclinó para llevar a cabo ese acto bestial.