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Este fornido hombre era precisamente el Chu Shi que no se había visto durante ya medio año.
Y estas decenas de miles de personas que trajo aquí eran naturalmente ese grupo de artistas marciales que Ye Yuan rescató de la Ciudad Luz Carmesí en aquel entonces.
Solo que el número parecía haberse reducido considerablemente.
—Este Señor es arrogante, entonces... ¿qué? —Chu Shi giró la cabeza mientras decía esto arrogantemente al mismo tiempo. Pero cuando giró la cabeza, la palabra 'qué' fue pronunciada temblorosamente.
En el momento anterior, todavía era un tigre poderoso y majestuoso. Al instante siguiente, se convirtió en un gato enfermizo; se encogió al máximo.
—Señor... ¡Señor Ye Yuan! Je-Jeje, ¿por qué eres tú? Tú... ¿Por qué aparecerías aquí? —Chu Shi preguntó, sudando profusamente, con sus ojos girando furtivamente. Claramente, quería encontrar una razón para salir del apuro.
