—¡Siseo...! —Ye Yuan tomó un profundo y frío aliento. La sensación de que su dantian se colapsaba no era tan fácil de resistir.
Se sentía como si alguien estuviera usando un martillo de 300 mil catties para golpear su abdomen en ese momento. Ese tipo de agonía prácticamente le impedía respirar.
Destruir el núcleo, transformar el mar; no era algo divertido. Había un número no pequeño de artistas marciales que no se atrevían a dar este paso en toda su vida.
Un momento de descuido y era el resultado de la disipación del Dao y la perdición.
En verdad, entre los mundos infinitos, había artistas marciales que morían en este paso cada segundo.
En su vida anterior, Ye Yuan también pasó por este proceso. Aquella agonía, rozando la línea entre la vida y la muerte, todavía estaba fresca en su memoria hasta ahora.
Pero el rompimiento del núcleo en esta vida parecía ser incluso más doloroso que el anterior.
