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En la cama de jade, la belleza abrió los ojos débilmente.
—Xiao Changfeng estaba eufórico mientras decía —¡Ruyan, has despertado!
—¿P-Padre?
Xiao Ruyan vio a Xiao Changfeng cuando abrió sus ojos, pero obstinadamente giró su cabeza y rehusó tomar otra mirada.
—Xiao Changfeng sintió un dolor en el corazón mientras dejaba escapar un suspiro débil y decía —Ruyan, padre sabe que tienes un rencor en tu corazón, pero... ¡Padre también se siente impotente!
Xiao Ruyan todavía tenía la cabeza girada y rehusaba decir una palabra.
El corazón de Xiao Changfeng era como si estuviera siendo cortado por cuchillas. Sabía que su hija ya estaba extremadamente decepcionada de él.
—Está bien entonces. No estás dispuesta a escuchar las palabras de tu padre, ¿pero estás dispuesta a escuchar las palabras de Ji Qing, verdad? —Xiao Changfeng suspiró profundamente y dijo.
El cuerpo de Xiao Ruyan tembló al oír eso y no pudo resistir volverse, sus ojos llenos de duda.