La expresión de Xiao Changfeng parpadeaba sin cesar.
Era un experto Rey de la Alquimia; naturalmente podía decir que Xiao Ruyan ya estaba sin ninguna actividad vital, imposible de revivir.
Pero Ye Yuan simplemente tuvo que decir que podía traerla de vuelta. ¿Debería creer en Ye Yuan o no?
Tantos ancianos estaban ejerciendo presión sobre él, exigiendo que Ye Yuan fuera expulsado. No podía ignorar las opiniones de todos tampoco.
Por un momento, Xiao Changfeng vaciló.
Miró a Ye Yuan y de repente recordó la deslumbrante actuación de Ye Yuan en la Gran Asamblea de Píldoras.
Tal vez... ¡realmente podría hacerlo!
Los ancianos seguían hablando todos a la vez, haciendo que Xiao Changfeng se sintiera muy irritado.
—¡Todos cierran sus bocas para mí! —Xiao Changfeng rugió, silenciando a todos.
—¡Todos salgan y dejen que el Joven Maestro Ji lo intente! —dijo Xiao Changfeng.
