—¡Apostaré contigo! —en el momento en que Wan Yuan apareció, trajo consigo un aire imponente, afectando a Tang Yu hasta el punto de que se quedó sin aliento.
—¡Está bien! —Tang Yu no respondió de manera ambigua y lo aceptó directamente.
—Ya que estamos apostando, ¡juguemos un poco más grande! —Wan Yuan sonreía fríamente a Tang Yu, haciendo que la gente sintiera que su plan había tenido éxito.
—¿Cómo quieres jugar? —Tang Yu apretó los dientes y preguntó.
—¡Mil pastillas! ¡Píldoras de Qi de Esencia de Grado Trascendente! ¿Qué te parece? ¿Te atreves a jugar? —al ver la expresión facial de Tang Yu, se sentía cada vez más satisfecho.
Tang Yu parecía haberse asustado por esta cifra ya que reveló una expresión dificultosa.
—Aunque Ye Yuan es decepcionante, su padre Ye Hang es un Gran Maestro de Alquimia al que todos admiran. No puede ser que ni siquiera puedas sacar esta cantidad de Píldoras de Esencia Qi, ¿verdad? —al ver la expresión de Tang Yu, se complació aún más consigo mismo.