Ye Yuan solo miraba a Yao Qian con una sonrisa.
La cara de Yao Qian estaba tan llena de shock que parecía que iba a gotear agua. Se quedó allí inmóvil, incapaz de marcharse.
El grupo de ancianos tenía una expresión extraña mientras salía de la sala de refinamiento. Por supuesto, había simpatía entre lo extraño.
—Yii, el Anciano Ouyang aún no se ha ido. ¿Será que quieren reconocerme como su maestro junto con el Anciano Yao? —Ouyang Ming en realidad también quería irse. Pero su relación con Yao Qian era íntima. Irse así sin más no estaba bien.
Además, en este incidente, Yao Qian también fue implicado por él. Si se iba, sería demasiado desleal.
La cara de Ouyang Ming cambió repetidamente, sin saber cómo continuar.
La apuesta fue entre Ye Yuan y Yao Qian. Que el Maestro de Secta Luo hiciera que todos se fueran ya estaba considerando la reputación de Yao Qian. No era apropiado que otros intervinieran.
