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Ye Yuan y Nanfeng Zhirou miraban con los ojos muy abiertos, incrédulos ante la escena que se desarrollaba ante ellos.
El pequeño tigre blanco se abalanzó hacia el punto vital de la pitón negra como un rayo, se lanzó hacia la flor de siete colores y le mordió.
—Sssss... Sssss...
La propia pitón negra tampoco pensó que este pequeño tigre blanco realmente aprovechara su desgracia para sacar provecho. Además, podría haber mordido cualquier otro lugar, sin embargo, ¡tenía que morder justo en su punto vital!
¡Esto era mortal!
La pitón negra sacudió su cuerpo repetidamente, tratando de sacudirse al pequeño tigre blanco.
Sin embargo, los dientes del pequeño tigre blanco se cerraron fuertemente sobre esa flor de siete colores y se negaron a soltarla. ¡No importaba cuánto se moviera la pitón negra, simplemente no se soltaba!
