Sofía
-Hola pendeja- dice Marcela desde el otro lado del celular.
-Hola boba, ¿cómo estás?- le pregunto.
-Muy bien, ¿cómo vas con lo de olvidarte del pendejo de Leo?- a ella nunca le cayó bien Leo y ya veo que tenía razón.
-Pues me voy a casar- le digo y ella grita tan fuerte que creo la escucharon del otro lado del país
-¡¿Qué?! ¡¿Con quien?!- pregunta y casi me deja sorda.
-Con Tiago Navarro, lo conocí en mi viaje a las Bahamas y ahora en dos semanas me caso- digo y ella chilla pero esta vez de felicidad.
-Ese papasito si te lo apoyo mi reina- dice ella.
-Si pero necesito tu ayuda porque me caso en dos semanas- le digo.
-¿Tan pronto?
-Si, el me dio esa fecha y quiere que me encargue de todo.
-Ok, tomare un vuelo en la madrugada y me tendrás en tu casa mañana.
-No, en realidad estoy viviendo con el desde hoy- le digo.
-Mmh, entonces me pasas la ubicación.
-Necesito que me ayudes en todo ya que dudo que mi madre lo haga- le digo siendo sincera.
-¿Por qué? Debe de estar de lo más feliz- dice ella y es que conoce a mi madre y ella es muy superficial.
-Porque hace cuatro días Tiago envió una carta a la casa diciendo que se quería casar con la joven señorita Scott y Rosa creyó que era ella, tenías que verla hasta me amenazo diciendo que me mantuviera al margen porque si ella se lo pedía a Tiago el me destruía y también discutió con Leo y le dijo de todo- digo y Marcela suelta un suspiro dramático.
-Tu hermana siempre a sido una perra- dice con diversión.
-Ella preparo todo y cuando Tiago llegó ella le agradeció y le dio un discurso barato y el le preguntó que quien era, le dijo que el no la conocía y no se quería casar con ella- digo yo y escucho a Marcela reír- ella se puso histeria y se fue llorando, cuando Tiago se fue ella y mi madre me pidieron que cancelara todo para que Rosa se pudiera casar con él.
-Es que siempre lo he dicho, Rosa es una perra y tú madre la quiere más a ella- dice Marcela.
-Si pero papá me defendió y les dijo que la única forma de que la boda se cancelara era porque yo lo quería no porque ellas me lo pidieran.
-Eso debió ser épico, ¿tú madre lo mando a dormir con el perro?- pregunta.
-No lo sé- digo- hablando de perros, aquí en la casa de Tiago hay dos, más lindos, son pastores alemanes y son una ternura- le digo y ella ríe.
-Siempre quisiste un perro y no lo tuviste porque tu hermana no quiso, ya era hora, ¿no crees?- pregunta.
-si y son muy lindos, y…- dure alrededor de una hora más hablando con Marcela, me encanta hablar con ella, es genial.
Cuando es hora de la comida bajo y preparo un postre, una tarta de manzana y huele delicioso.
-No sabía que cocinabas- dice Tiago haciendo que me asusté, el una hora después de que lo sacara de la habitación me dijo que tenía que ir a la oficina de urgencia.
-Pues si, me encanta cocinar- le digo sonriendo- ¿quieres tarta?
-Por favor- dice sonriendo y yo le sirvo un poco de tarta.
-¿Cómo te fue?- le pregunto y se ve sorprendido por mi pregunta.
-Muy bien pero fuera perfecto si mi hermano no metiera las narices en todo- me dice y yo rio- ¿y a ti?
-Bien, hablé con Marcela, una amiga y mañana viene a ayudarme a preparar todo lo de la boda- digo, el sonríe y asiente.
-Enzo ya debió de haber contratado a alguien para que te ayude, debo de preguntarle a ver qué hizo- dice el y creo que Enzo es uno de sus hermanos- ¿que te parece si mañana me acompañas y te presento a mi familia?
-Esta bien- le digo y el me pasa una tarjeta dorada.
-Compra lo que quieras y un vestido para mañana- dice, yo sonrío y le regreso la tarjeta
-No la necesito, tengo mi dinero, puedo comprarlo yo- le digo y el me mira sorprendido.
-Insisto, tómala es tuya por derecho- me dice pero yo niego.
-No gracias, yo puedo comprarlo- le digo pero el toma mi mano y pone la tarjeta en mi palma.
-Quiero que la tengas- dice y yo suspiro.
-No la voy a usar- le digo y el sonríe.
-Espero que la uses pero ya eso es tu decisión- me dice sonriendo y sigue comiendo tarta- ¿me das más?
-Claro- digo sirviéndole otra porción.
-Está muy rica- me dice sin dejar de comer.
-Gracias- le digo sonriendo.
-¿Cuántos años tienes?- me pregunta cuando termina de comer.
-22- le respondo y veo como se ahoga- ¿estás bien?
-Si, es que… eres muy joven- me dice mirándome y yo rio nerviosa.
-¿Tú cuántos tienes?- pregunto para desviar el tema.
-29 cumpliré los 30 en cuatro meses- me dice y mira a otro lugar.
-¿Puedo preguntarte algo?- le pregunto cuando se me viene algo a la mente y se que es mala idea pero la curiosidad me mata.
-Todo lo que quieras, debemos conocernos bien- me dice.
-¿Es verdad?- le pregunto y el me mira sin entender- ¿es verdad que eres gay?- le pregunto directamente, veo como entrecierra los ojos y se me acerca peligrosamente.
-No soy gay- dice muy cerca de mi y puedo jurar que da miedo, lo peor es que no siento miedo, es como si supiera que jamás me haría daño. Se me acerca al oído y con un susurro ronco y muy sexy me dice- si quieres puedo demostrarte lo hombre que soy.