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El Hombre Lobo

Anotherescritor
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Synopsis
Licantropos, siempre se a oído de ellos, ya sea en una serie, película o hasta conversación absurda, pero de que llevarán una mención en esa conversación lo harán. Siendo de las criaturas más famosas, esta claro que es casi un deber para muchos saber de la existencia de estos seres. Esta historia contará la travesía de una persona que debe de sufrir con la maldición de la licantropia.

Table of contents

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1.1 months ago
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Chapter 1 - Prólogo.

Normalmente trataría de pasar desapercibido en esta sociedad, sería lo más sensato después de todo, sin embargo, ¿cómo lograr algo colo eso cuando existe el peligro latente todavía aquí afuera?; no importa como lo mires, el mundo es peligroso, cada esquina, cada cosa, cada paso. En cualquier momento algo malo podría pasar, alguien podría morir, después de todo, las personas son frágiles.

Pero cuando pensamos en esas cosas, nuestra mente sólo va a procesar e imaginar algo común, cualquier cosa que podría pasar, o haya pasado, en este mundo tan confuso y retorcido. Claro, podrías esperar cualquier cosa que ya haya sucedido pero no algo supernatural sacado de la nada.

Justo en estos momentos, en esta noche fría donde solo algunos rincones se ven inundados en el ruido de la música y la adrenalina de algunos se ve bombardeada por la diversión que provoca aquel bullicioso ambiente, en una discoteca donde todos la pasaban bien, se encontraba una persona peculiar, peligrosa, hablando con su grupo de compañeros mientras tomaban alcohol, sus tatuajes y atuendos dejaban en claro que son pandilleros, de esos que es mejor hacer la vista gorda y no meterse en su camino.

—Así que, Michael fue a tener sexo con esa tipa, pero a la hora de ir a la habitación resultó ser un tipo.—decía uno de ellos, el más alto de todos, calvo y con tatuaje de una calavera en la parte posterior de su cabeza, cubriendo esa zona por completo.

Otro soltó una carcajada al recordar eso, este es castaño y el más bajo del grupo de cuatro que solo pasaba el rato bebiendo, y charlando.

—Fue muy gracioso.—mencionó el castaño y bebió un poco de su vaso.—Aunque no sé porque se molesto por eso. ¡Su cara estaba toda roja de la rabia!, y salió hasta completamente desnudo de ahí, discutiendo con el tipo ese.

—Si, imagínate discutir con el pene al aire en el pasillo de un hotel con un gay.—Suspiro el calvo y tomó de su bebida.—Apuesto a que tú le hubieras dado.

—¡Y carajos que lo hubiera hecho!, para ser un hombre, se veía bastante bien, ¿sabes?—se río el contrario, sacando su lengua y mostrando el piercing de ahí.

Otro de los acompañantes, alguien de cabello negro y un tatuaje de calavera en la muñeca, sonrió y se inclino hacía adelante.

—Sabemos que eres medio marica, a opuesto que te vistes de mujer por las noches.—bromeó.

A lo que el castaño contesto:

—No hay nada de malo en que me gusten algunos hombres.—dijo, sin preocuparse o tomarse enserió el chiste.

—Te recuerdo que a ti te gusta que las mujeres te metan el dedo en el ano para venirte más rápido.—mencionó el calvo sobre el pelinegro.

El castaño se río en una carcajada junto al calvo ante tal mención, a lo que el pelinegro solo dijo:

—Lo que yo haga con mi culo es problema mio, pendejos. Y son solo las mujeres, no permito hombres.

—Por ahora.—dijo el calvo. Entonces este miró con sus ojos negros al cuarto acompañante, quien estaba en silencio y sólo escuchaba con una sonrisa plasmada en su rostro mientras tomaba de su bebida.—¿Porqué tan callado, Dante?

Dante es su nombre, su cabello es rubio, teñido, tiene tatuaje de una calavera en su cuello, cuyo cubre esa zona por completo, de media estatura y complexion media, se mantenía en silencio con sus pensamientos en otro lado. Al su compañero comentar sobre su estado actual, este lo miró por unos segundos en silencio.

—... Estoy pensando sobre la pelea que tenemos con los Crows.

Al mencionar sobre eso, los otros tres se pusieron serios de inmediato. Dante continuo hablando al tener su completa atención.

—Creo que lo estamos tomando a la ligera, nosotros aquí y quien sabe que planean ellos.

El más alto termino de beber y comentó:

—Sé que estas preocupado, pero dejemos que los demás se ocupen, ¿ok?, digo, no creí que pase a más.

A lo que el rubio dijo:—¿Y si pasa a más?, ¿venimos aquí a seguir bebiendo o qué?

—Escuche de un amigo que intentaran negociar sobre lo que pasó.—dijo.—Nostros y los Crows podemos ser violentos pero nuestros altos mandos dijeron que no es recomendable hacer una guerra. No ahora.

—¿Y los altos mandos de los Crows?—pregunto el pelinegro.

—No lo sé, solo oí que van a hablar-

—Oswald, una persona murió—interrumpió.—, horriblemente. Tú porque no viste su cadáver.

—Eso es culpa de Billy—nombro el castaño.

—¿Billy?, ¿el imbecil psicópata ese?—rodó los ojos.—No me sorprende.

—¿Billy no es el que tiene una cicatriz en su mano izquierda?—pregunto el Dante, intentando recordar.

—¿Solo eso?—dijo, soltando una pequeña risa llena de ironía.—Tiene más que solo una.

—Escuche fue de un accidente.—agregó el castaño.

—Pensé que fue que lo torturó un policía.—dijo, confuso el calvo.

—Que importa como se hizo todas las cicatrices en su cuerpo.—dijo algo irritado el de cabello negro. Miró a Dante quien era el más perdido en la conversación.—Tú no has escuchado de él porque es nuevo. Billy Knife es un nuevo miembro de nuestra pandilla, Los Calavera, ese pendejo, desde que llegó fue causando problemas: quemo el auto de una persona solo porque si y le dio una golpiza a un grupo de adolescentes, con sus amigos, solo para robar su dinero, amenazó a la madre de un tipo que le debía dinero y hasta le corto la oreja a la señora para que el tipo viera que hablaba enserió.—explicaba con algo de desdén. Y con cada descripción de algunas cosillas que hizo Billy, Dante podía hacerse una idea de por dónde iba la cosa.—Billy Knife está loco y es un busca pleitos. Según sé, uno de los jefes lo dejó entrar por su reputación.

—... Entonces, Billy mato a alguien de los Crows, ¿no es así?—cuestionó Dante para sacarse de dudas.

—Si, lo hizo.

Los Crows son conocidos por ser una pandilla violenta, las anteriores generaciones han tenido importantes momentos en las calles que han provocado que sus nombres aparezcan en las noticias y normalmente sus miembros se ven envueltos en cosas bastante pasadas de tono. El hecho de que alguien como Billy esté lo suficientemente consciente de lo que ellos son capaces y aún así asesinar a un miembro de estos, solamente era una demostración de que este tipo no aprecia su vida o simplemente está lo suficientemente loco como para no importarle dicha reputación y pruebas. Aunque claro, actualmente está nueva generación de los Crows está algo más calmada a comparación que la anterior, pero eso no es nada si se toma en cuenta el hecho de que Billy asesino a un vieja escuela de esos lares.

—... Billy lo mato de forma horrible.—dijo el calvo, mirando al suelo.—Billy se ganó el respeto de muchos y admiración de algunos por las cosas que ha hecho, no tardo en tener su propio grupito. Entre ellos, agarraron al tipo, le quitaron todas las prendas, machacaron sus genitales a golpes y le pasaron por arriba del cráneo con motocicletas.—explicaba.—... Fue horrible.

Dante escuchaba atentamente lo que decían, algo anonadado por ello. Dante a oído de gente desquiciada, gente ruda, pero es la primera vez que escucha algo sobre Billy y ya sabe que es peor que cualquier otra persona de la que haya oído en su vida. Hubieron unos minutos de silencio mientas Oswald, el más alto de ellos, servía lo que restaba de la botella, aunque había más a un lado.

En ese instante el pelinegro se acordó de algo:

—Por cierto, ¿saben lo que vi por Internet?, Tiktok y toda esa porquería.

—¿Qué?—pregunto el castaño.

—Supuestamente encontraron pruebas de que los "Hombres Lobo", existen.

Oswald rodó los ojos.

—No jodas. Yo soy tú y no le creo todo al Internet.—dijo, molesto.

—Espera, yo he oído sobre eso también.—mencionó el castaño.—Hay noticias de que hubo una especie de accidente o algo así, y que un tipo, un nativo que vive en las montañas, habló en las noticias.

—Todo eso es mierda, viejo.—proclamó Oswald.—Creeria más en un virus que en un hombre lobo.

—¡Pero es enserió, hay pruebas!

—Hasta que descubres que son falsas.

—No es eso lo único.—exclamó el pelinegro.—Hay más declaraciones en Internet.

—Por Dios...—El calvo rodó los ojos.—Mejor sigamos hablando de mujeres o cualquier otra porquería.

Mientras los tres continuaban con su discusión, algo borrachos, mientras que Dante solo seguía perdido en sus propios pensamientos.

Mientras tanto, a las fueras en varios kilómetros lejos, en una pequeña tienda, un tipo alto, de 180cm, cabello rubio, peinado para atrás, una mirada profunda con ojos negros y fríos, entró, vestido con una chaqueta negra y pantalones ajustados, su manera de caminar era relajada, su expresión se veía algo intensa, ojeras debajo de sus ojos, una cicatriz en su cuello, otra en su boca, y quien sabe cuantas más en su cuerpo; Billy Knife entró a la tienda, con dos compañeros más quienes se veían algo intimidantes.

Hay algo que aclarar, Billy puede verse relajado y comportarse como alguien tranquilo, pero esa actitud es engañosa, el tipo puede ser bastante hiperactivo. Y adonde sea que vaya Billy, eso solo significa problemas. El plan es sencillo, los tres están armados, los acompañantes de Billy solo distraeran al cajero, dueño de este sitio que es un hombre mayor, teniéndolo como rehén, mientras este toma lo que quiere de los clientes y la caja registradora.

Debido a la cierta reputación de la pandilla Calavera, ya que Santos no son y mucho menos Billy, el dueño se mantenía alerta, un botón de emergencia debajo del escritorio, así como un arma, actuó rápido, tocando el botón, pero de repente, y en un inesperado cambio de planes, antes de que siquiera el dueño lograra darle la bienvenida a los tres, Billy sacó su pistola y le disparo en la cabeza al dueño.

El acto quedó grabado en cámara; la parte trasera del cráneo de ese inocente hombre estallo un tanto, manchando la pared con sus restos cerebrales también. Su cuerpo cayó inerte. Antes de que siquiera sus dos acompañantes, quienes estaban sorprendidos también, pudieran reaccionar, Billy ya estaba abriendo la caja registradora tomando dinero.

—... B-Billy, pero el plan-

—¿Hm?—el rubio miró a uno de ellos, como si nada hubiera pasado.—Ah, si, vayan a ver si hay clientela y tomen sus cosas. Creo haber escuchado a alguien en el fondo.

Esas fueron las palabras de Billy, cosa a la que los otros dos se miraron entre sí, estaban todavía en shock pero reaccionaron por fin y hicieron lo que él les dijo. Uno de ellos todavía seguía nervioso, su mano no paraba de temblar en el arma que sostenía, pata este todo estaba en silencio, lo único que podía oír era su corazón latiendo con fuerza como si quisiera salir de su pecho.

¿Si había alguien ahí?, claro que si, una persona cuyo cabello es negro, largo hasta el cuello, desordenado, mugroso, con una piel blanca sucia, ropas desgastadas, de 176cm, flacucho, con una expresión que mostraba cansancio, se estaba deslizando a través del suelo, llendose por otro lado del pasillo antes de que alguien lo notará, pensando que nadie estaría siquiera cerca de la puerta, sigilosamente intento huir pero Billy se había quedado en el mostrador y apunto su arma al extraño.

—No te muevas.—Dijo, con un tono relajado.—Volteate.

Al pelinegro levantarse, elevar sus manos en una señal de rendición, miró a aquel que sería su parca y conoció la mirada fría de un tipo que no posee respeto o aprecio hacia la vida. Probablemente ante la suya propia tampoco. Billy miro a los ojos al más bajo, un poco intrigado.

—No tienes que hacer esto.—Dijo la víctima.

—¿Y eso porqué?—pregunto más por curiosidad que otra cosa.

—... No vale la pena hacerlo.

Billy suspiro y miro a un lado por unos segundos antes de volver a mirarlo a él.

—Muchos dicen lo mismo. Pero que más da.

El otro se quedó mirando fijamente a Billy, y ahí entendió que ese tipo iba a asesinarlo hasta por aburrimiento. Antes de que siquiera pudiera pronunciar otra palabra, aunque no es como quisiese hacerlo sabiendo que seria inútil con alguien como Billy, el pandillero apretó el gatillo, con su puntería increíble volando la cabeza de una víctima más.

Otra vez Billy hizo de las suyas.

Esto solamente había sido otra cosilla más para Billy, siendo que se separo de los otros dos después de eso y desapareció por el resto de la noche. Probablemente los demás tengan su noche de gala en algún bar o discoteca, Billy no es alguien así, no es alguien que duerma y busca mantenerse despierto por bastantes horas, aunque puede ser dañino, no parece afectarle del todo solo dormir por 3 horas al día. Más allá de que pertenece a la pandilla Calavera, realmente Billy trabaja para una mafia, siendo un esbirro más de un capo de la ciudad; debido a este contacto, Billy obtuvo un pase fácil a la pandilla Calavera, cuyos jefes accedieron a un pequeño trato con el jefe de Billy, y es que harían un que otro trabajo para este con tal de recibir cosas a cambio.

Billy había ido a visitar al capo, quien estaba en su mansión teniendo una pequeña fiesta, pero a lo grande, lo típico, gente con dinero y poder atraves del crimen organizado. Mientras Billy había vuelto con su jefe, los dos tipos que acompañaron a Billy en su asalto, se encontraban fumando fuera en un almacén, cuyo dentro habían algunos miembros de la pandilla Calavera reunidos, botes de basura en llamas, bebidas por doquier, drogas, la música de las bocinas rellenando el ambiente, y ni todo eso podía tranquilizar a aquel que estaba nervioso.

—Toma.—Le paso el otro una jeringa con sustancia.—Esto te calmara.

—No me jodas con eso. Vete al diablo.—Dijo, molesto, encendiendo un cigarro y acurrucandose en su propia chaqueta.—Ese tipo Billy esta loco, no sé como ese tipo puede matar tan fácil.

—Bueno, te querías venir.—reitero su compañero mientras guardaba la jeringa.—Te lo advertí.

—Pendejo, no me advertirte un carajo, solo me dijiste que era alguien peligroso. Todos aquí somos así, imbecil. Pero no...—bufo.—... no como él.

—Ok, ok, debí darte una mejor explicación pero hey, mírame, si nos juntamos más con él, quizás podría hacernos conocer al capo con el que trabaja.—Exclamó.—Piénsalo, tendremos bonitas chicas y carros de lujo. Atraves de Billy, podemos subir de nivel.

La manera en la que lo decía se sentía tan alejado de la realidad, como si solo tratara de convencer a alguien incrédulo de que siguiendo los pasos de alguien automáticamente llegara al mismo nivel o más que esa persona. Obviamente no estaba creyendo nada de lo que decía, era una porquería para él y no planeaba volver a juntarse con Billy Knife.

No es que la gente en la pandilla Calavera sean santos pero hay que recalcar que si uno de ellos decidió matar, o robar o lo que sea por cualquier razón eso fue más decisión personal, por supuesto, dependiendo de la situación en el caso de matar. Simplemente cosas de ellos. Pero a comparación de los Crows que si tienen una peor reputación, los Calavera son más "mansos" en ciertos aspectos, y aún así, la presencia de Billy ya de por sí es enigmática y te da a entender que sus intenciones van más allá que el dinero o una orden.

Billy disfruta herir a los demás.

En medio de la fiesta, repentinamente se commzaron a oír disparos del otro lado, cosa que sobresalto a todos; un grupo de los Crows aparecío. Armados con armas de fuego, estos invadieron el almacén, comenzando así un tiroteo masivo, el cual se estaba llevando la vida de ambos bandos, aunque el ataque sorpresa ya había arrazado con suficientes miembros de los Calavera ahí dentro. Los dos que estaban hablando no sabían si unirse o simplemente huir, pero algo curioso había pasado, en medio de todo ese caos, los disparos se convirtieron en gritos de desesperación y agonía, el sonido de ambos bandos vociferando en unísono se hizo presente. Un mal presentimiento corrió por uno de los dos y aquello se vio más alimentado cuando un miembro de los Calavera salió corriendo, atemorizado, pero la mitad de su cara estaba sangrando, masticada, machacada, sus órganos colgaban de una hería lo suficientemente abierta en su estómago para dejar ver su interior. En cuestión de segundos cayó al suelo, muerto.

Sin pensarlo más, ambos comenzaron a correr, había puro silencio ahora, los dos huían, pero, ¿de que exactamente?, no había pisadas, gruñidos, ni nada de eso, solo la respiración pesada, los jadeos y fuertes palpitaciones provenientes de sus cuerpos.

No querían mirar atrás, sentían que algo los seguía, no podían pensar con claridad. El temor y la adrenalina se apoderó de ellos. Cuando uno de ellos sintió que se había alejado lo suficiente y con su cuerpo alcanzando el límite, este se detuvo, agotado, estaba solo, en medio de una calle de penumbra, la única luz era de la luna llena como espectador de la noche.

Fue en ese entonces, que este muchacho volvió sus cinco sentidos y se dio cuenta de varias cosas importantes: su amigo no estaba, no se encontraba por ningún lado, su cara, estaba muy cerca del suelo, sus manos apoyando su peso, no podía sentir una de sus piernas, lentamente, se giraba, mientras lo hacía, la luna estaba siendo cubierta por nubes, dejando aún más oscura las calles, al cambiar de posición, vio lo que se temía, no tenía una de sus piernas.

Volviendo en sí, sus oído captaron el sonido de algo goteando, pero se encontraba en la zona más oscura de la calle, no podía verlo con claridad, pero sabía muy bien que esas gotas eran originarias de sus piernas y que sea lo que sea que lo está sosteniendo, no es humano.

De repente, el sonido de huesos crujiendo y siendo masticados se escucho, algo se lo trago. De la oscuridad, enormes manos peludas donde garras amenazantes permanecen salieron al descubierto acompañados de un gruñido. El humano intentó arrastrarse lejos de la criatura pero fue inútil debido a su herida.

—... No te muevas, es inútil.—una voz gruñona y pesada dijo.—No eres al que busco.

Hubo un momento de silencio, mientras esos ojos rojos que permanecen detrás de la oscuridad lo observaban de forma penetrante.

—¿Q-qué eres?, ¡¿Quien demonios eres?!—vocifero la persona.

La criatura resoplo. En vez de contestar con palabras solo salió de las sombras, la luz de la luna volvió dejándolo mejor al descubierto; un enorme hombre lobo, su cuerpo todo peludo en un negro y grueso pelaje, sus extremidades largas, complexion algo delgada y espalda arqueada, estaba sentado y aún así su tamaño es imponente, sus ojos rojos observaban al perplejo humano, que deseaba haber sido la primera víctima de esta pesadilla para dejar de tener que vivirla. Todavía podía ver la sangre de los pandilleros que mato en su hocico.

—¿Sorprendido?, hm.... creo que estas muy asustado para eso.—una pequeña risilla ronca salió de su garganta. Algo macabra.—... No encontré al rubio.

Ante la mención de eso, recordó a Billy.

—¿Billy?, ¿hablas de Billy?, ¿lo conoces?—cuestionó con voz temblorosa.

—Ah... con que ese es su nombre. Billy.—Dijo, ignorando por completo las preguntas.—Que perdida de tiempo.

El gran hombre lobo extendió sus manos para terminar con la vida del muchacho, pero este se rehusó a morir así.

—¡E-espera!—vocifero. Sorprendentemente, el lobo se detuvo, más curioso que otra cosa.—¡Si es a Billy quien quieres, te lo puedo dar!, ¡te puedo ayudar a encontrarlo!

Estos fueron los últimos intentos de supervivencia. Cuyos fueron malgastado para nada.

—No te preocupes, tengo un olfato muy bueno.—dijo el Lobo con una sonrisa algo deforme.

Con esto dicho, con esas grandes manos empezó a retorcer el cuerpo del humano hasta dejar un irreconocible cadáver.

Muchas cosas pueden pasar en el mundo, no importa como se mire, si se cree en ello o no, tarde o temprano algo saldrá de las sombras. Algo supernatural que nadie se espera.