Dora la observó sin poder decir nada, en shock.
Nyx sostenía a Archi contra su pecho, le besó la frente —Ya estoy aquí— olfateó.
Dora miró al Licántropo pícaro sin vida en el suelo, tragó saliva y se levantó lentamente. Caminó hacia él para tocarlo.
—¿Nyx?
Ella levantó la cabeza y la miró —¿Sí?
—Está muerto —dijo ella.
Nyx se vio impactada, pero no sorprendida —¿Lo está?
Dora asintió —Sí, lo apuñalaste en el corazón.
Nyx negó con la cabeza —Lo hice por mi hijo, quería protegerlo.
Dora solo sonrió, con los ojos llenos de lágrimas.
—Dora, tenemos que dejar este lugar, ya no es seguro.
—¿A dónde iremos? No te olvides de que Archi todavía es muy joven.
—¿Tenemos otra opción? ¿Debería quedarme aquí cuando estoy siendo amenazada?
Dora suspiró —Oh, ya veo, pero ¿a dónde vamos? Ese era el único refugio que conocía por aquí.
Nyx cerró los ojos —No lo sé, pero tenemos que salir de aquí, este lugar no es seguro para nada —negó con la cabeza.