—¿Madre? —Lisa se quedó sin palabras al mirar a Nyx. Nyx estaba tan llena de vergüenza que deseaba poder desaparecer de su presencia.
—Dora arqueó las cejas—. ¿Conoces a esta señora?
—Nyx no pudo responder, ¿qué hacía su madre aquí?
—Lisa parpadeó, después de un rato, habló:
— ¿Nyx? ¿Qué... Cómo que estás aquí? Deberías estar en el palacio.
—Los ojos de Dora se abrieron mucho—. ¿Palacio?
—Nyx no pudo responder, solo evitó la mirada de Lisa.
—Los ojos de Liza se posaron en el bebé—. ¿De quién es este niño? ¡No me digas que es tuyo!
—Ella tragó saliva, las lágrimas amenazaban con llenar sus ojos. Asintió lentamente.
—Liza exhaló fuerte:
— ¿Por qué estás aquí? ¿Qué te trajo aquí? —gritó un poco.
—Por favor señora, está causando un escándalo, y aún es muy temprano —le dijo un vendedor cercano.
—Lisa se calmó y se enfrentó a Nyx:
— ¿Qué te pasó?
—Nyx no sabía cómo responder, solo inclinó la cabeza avergonzada. Dora seguía sorprendida y no sabía qué decir.