Nyx se movió incómoda en su asiento —¿Qué?
—Te amo.
Ella parpadeó sus ojos y tragó, sintiéndose muy incómoda —Amor... ¿por qué... yo... qué... cómo?
—Eres la mujer más hermosa Nyx. Tienes un corazón tan bondadoso y una personalidad maravillosa.
Ella rodó los ojos —Todavía estoy enojada contigo.
—Sin embargo, me ayudaste a luchar contra Aegis, y he recuperado mi trono.
—Yo... tenía que hacerlo. No está bien que el Alfa de su manada viva en... una cabaña.
Él tosió levemente —Yo estaba viviendo contigo...
—Está bien, está bien, lo entiendo —suspiró ella.
—Realmente te amo Nyx —su voz era un susurro esta vez.
Ella tragó saliva —No... no sé qué decir —apartó la mirada, tratando de mantener la cara seria, pero por dentro estaba acelerada.
Él suspiró —Lo entiendo, está bien. Puedo esperarte.
—Deja de decir eso —logró mirarlo— No tienes que esperarme. El placer es lo único que nos mantiene unidos.
Él tosió —Eres mi pareja Nyx.
Ella frunció el ceño —Selena lo es.