—¡No! Habría sabido si ella hubiera sido asesinada a través del vínculo de compañeros. Todavía está viva pero sufriendo mucho dolor. Mi lobo ha estado sintiendo sus dolores —respondió Elías.
—¡Oh! Estoy seguro de que tu lobo no la estará pasando bien con eso —dijo Theo pensativo.
—Él ha caído enfermo y yo también. Ni siquiera puedo comer o pegar un ojo. ¡Tú sabes lo que sucede cuando tu lobo está inquieto! Estoy muy preocupado. No tendré paz hasta que la encuentre —le dijo Elías, con semblante abatido.
—¡Oh, el vínculo de compañeros puede ser realmente aterrador! Lo siento, amigo —fue comprensivo Theo.
—¡Incluso si la están escondiendo bajo tierra, debo encontrarla! —juró Elías.
—Dondequiera que estés, Aurora, voy a salvarte. Solo espérame y mantente fuerte, por favor.