—Compañera —Dante llamó cuando llegó a la entrada del contenedor.
—¿Compañera? —Gracie interrumpió, con el shock evidente en su rostro. ¿Era Dante su compañero predestinado, oh diosa de la luna? Chilló de alegría, pero pronto cambió a un ceño fruncido cuando notó el ceño fruncido de Dante.
—En tus sueños, Gracie —Dante interrumpió groseramente y la pasó de largo. Actualmente, ella apesta y él quiere alejarse lo más posible de ella.
Sí, ese olor dulce. ¿De dónde viene? Dante olfateó el aire y siguió el aroma.
Gracie lo miró para después seguirlo ansiosamente. La única otra mujer en este lugar era Katie. ¿Era Katie la compañera de Dante? Realmente esperaba que no. Ella ha añorado a Dante durante más tiempo. ¿Por qué no puede la diosa de la luna concederle este deseo?
Dante, ajeno a su entorno, siguió el aroma hasta una habitación oscura.
—Hombre, te estábamos esperando. ¿Qué te ha retrasado tanto? —dijo Simon a modo de saludo.
—Compañera —Fue su respuesta cortante.