Al día siguiente, Rosa esperó hasta después del desayuno para hablarle a Janice sobre su viaje.
—Si quieres ir, deberías hacerlo. Mi única preocupación es que viajas con ese grupo. Aún hay mucha tensión entre nuestro reino y el de ellos. No creo que sea seguro para ti viajar con tantos soldados de otra tierra y me preocupa lo que la gente aquí pueda hablar de ti —dijo Janice.
Rosa sobresaldría entre los extranjeros, así que la gente de esta tierra hablaría de ella, ya que tendrían miedo de hablar de Zayne.
—He considerado todo eso anoche y aún así quiero ir. Si me preocupo por lo que otros piensen, terminaré sin hacer nada y sin explorar. Zayne dice que me escoltará de regreso aquí y para entonces, ¿los dos reinos deberían estar unidos, verdad? —preguntó Rosa.