Lucy era reacia a marcharse porque Rosa se lo pidió. Este era el carruaje de Zayne, no el de Rosa. Rosa no tenía nada como para actuar de esa manera. A Lucy no le importaba lo que dijera la gente, ya que Rosa siempre sería la chica del burdel que vive a expensas del nombre de Zayne.
Lucy estaba segura de que llegaría un momento en el cual Zayne se despertaría y vería que había utilizado todo este tiempo.
—Lucy —intervino Catherine ya que Lucy se negaba a moverse—, ella te ha pedido que te vayas. Fue mi error invitarte al carruaje. Siendo una de los soldados en los que Zayne confiaba y que llevó con él, pensé que habrías conocido a Rosa. Tengo mucho por lo que disculparme.
Catherine nunca había visto a Lucy actuar así antes, lo que la hacía pensar que Lucy estaba demasiado convencida de que sería ella quien se casaría con Zayne.
—Ella es una mujer de un burdel