—Al percibir mi reacción, Miguel se rió, volviéndose aún más desinhibido. Su pene estaba lleno de sangre y erecto, y apuntaba su espada hacia mí.
—Aparte de mi abrigo que Miguel había abierto, estábamos vestidos pulcramente. Aunque había dos capas de tela, podía sentir la forma de aquello. Era muy grueso y largo, presionando pesadamente sobre mi clítoris, exudando un calor ferviente.
—Era el órgano sexual de un hombre.
—Estaba haciendo el amor con Miguel.
—Esta realización me hizo sentir excitada y nerviosa al mismo tiempo. En este momento, algunas imágenes de Miguel y el General Lovecraft juntos solos aparecieron en mi mente. Todas eran completamente nuevas y nunca las había visto antes.
—¿Qué era esto? ¿Dónde estaban?