—Humph, una mocosa que ni siquiera ha despertado su habilidad especial, y aún así me estás gritando —se burló Joanna antes de irse.
Me quedé parada en el mismo lugar mirando los libros y computadoras medio empaquetados sobre la mesa. Tenía ganas de voltearlos todos.
¡Esta perra! ¡Sabía que todo sobre ella era una actuación!
Era como una serpiente con muchos planes, atrayendo tu atención con su apariencia brillante, ganándose tu confianza con su actitud aparentemente mansa y esperando la oportunidad para asestar el golpe fatal.
Solo que ahora, se había quitado su disfraz deslumbrante delante de mí, revelando su ser insidioso.
Me había calmado y el hecho de que Joanna se atreviera a mostrarme este lado de ella significaba que no temía que yo revelara su verdadera naturaleza a los demás.