PUNTO DE VISTA DE VALENCIA
—Aiden, dime, ¿le dijiste a alguien que vendríamos a este centro comercial a buscar el vestido? —le pregunté al hombre que estaba comprando helado para mí, y él se giró brevemente antes de pagarle al vendedor.
—No, ¿por qué? ¿Necesitabas la opinión de alguien más? ¿Debería llamar a Tracy o Angela? —preguntó mientras guardaba su cartera en el bolsillo, entregándome uno de los conos.
Negué con la cabeza.
No se trataba de eso.
No sé si me estaba volviendo loca, pero por alguna razón, mi cuerpo y mis sentidos me decían que Sombra estaba aquí, en alguna parte a mi alrededor.
¿O acaso mi cuerpo y mi mente empezaban a anhelar su presencia porque tanto nos ha afectado?
Mi vida siempre ha sido movida, sin mentiras. Sin embargo, es como si su presencia la hubiera hecho aún más aventurera. No puedo predecir qué pasará con nosotros, conmigo, mañana o incluso hoy. Él ha añadido un factor impredecible a mi vida.