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Punto de vista de Valencia
No podía controlarme más.
En vez de empujarlo hacia atrás, me subí encima de él, forzándolo a recostarse en el sofá, quedando yo arriba.
—Mitsuki, ¿estás...? —Pude ver confusión en los ojos de Sombra, pero era como si mi cuerpo ya no me escuchara, el deseo acumulado dentro de mí ganó la batalla y mi mente empezó a actuar en su nombre, comandando a mi cuerpo a moverse como deseaba.
—Shh —lo callé, colocando mi dedo sobre sus labios.
—Has estado actuando bastante extraño conmigo estos días, Sombra. ¿Qué te hace pensar que puedes tocarme, abrazarme, besarme como desees? —pregunté, jadeando mientras luchaba por mantener la poca cordura que me quedaba.
—Sangre, quiero su sangre —gimoteó Aurora en mi cabeza.
Cerré los ojos por un segundo, soltando un gemido cuando él puso su mano en mi cintura.
—No me toques —le siseé, enroscando mi mano alrededor de su garganta para amenazarlo con que realmente acabaría haciendo algo aquí que ambos lamentaríamos.