PUNTO DE VISTA DE VALENCIA
Seguí mirando al diablo frente a mí, esperando su explicación o al menos una señal de que estaba bromeando, y que las palabras que dijo antes eran parte de algún tipo de humor retorcido de su parte.
Sin embargo, él no dijo nada para negarlo.
Mi latido del corazón que ya se había acelerado era errático ahora.
—¿Q-qué quieres decir? —finalmente susurré, incapaz de respirar el humo sucio que me estaba envolviendo de nuevo.
Era precisamente cómo me había traído aquí y probablemente me estaba enviando de vuelta porque su mensaje estaba bien relacionado. Pero necesitaba saber qué quería decir con palabras tan intimidantes.