Punto de vista de Valencia
Decir que estaba sorprendida sería menospreciar lo que siento.
Todos los vestidos colocados en la barra de colgar en mi habitación eran tan hermosos y majestuosos como si estuvieran preparados para algún tipo de princesa o reina.
No había forma de que fuera a llevar algo así y robarle el protagonismo a Dylan, cuya fiesta de cumpleaños era.
Suspirando, salí de mi habitación y caminé hacia la oficina de Dylan.
Al ver a Mason y a Jonathan entrando en las cámaras del consejo mientras discutían los arreglos y cómo algunos de los alfas estaban en camino y llegarían en un par de minutos, suspiré, recordando cómo Aarav me dijo que Mason era su padre.
—Valencia, cariño, ¿has elegido tu vestido? Dylan los seleccionó especialmente. Le gustaría que llevaras uno de ellos —dijo el tío Jonathan.
Miré a los dos hombres con incomodidad, sin saber si debía decirles lo que pensaba o si debía ir y comunicarle directamente a Dylan mi incomodidad.