PUNTO DE VISTA DE VALENCIA
Quería disfrutar de estos ardientes besos y de cómo manejaba mi cuerpo con tanto cuidado y afecto, pero al mismo tiempo, necesitaba saber qué estaba pasando.
Odiaba sentirme indefensa y fuera del círculo; sin duda, esto afectaría mi sueño.
Así que, incluso cuando mi cuerpo prácticamente me suplicaba que lo dejara entrar en mí y sentir el calor de su cuerpo pegado al mío mientras bailábamos al ritmo de nuestro deseo y la piscina de nuestra excitación, lo empujé con toda la fuerza que pude reunir.
—Maverick, no puedes siempre evadir con los besos y todo lo demás. Esta vez necesito respuestas. ¿Por qué preguntaste si lo conocía? ¿Has descubierto algo sobre él? —pregunté.
Maverick me miró antes de tararear y tomar una respiración profunda.
No se alejó completamente de mí. En lugar de besarme, comenzó a jugar con el dobladillo de mi ropa, una clara indicación de que estas prendas se quitarían tan pronto como termináramos nuestro tema.