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—Lo siento. No fue mi intención —dijo Aurora, y Valencia apretó los dientes.
—Es demasiado tarde para disculpas —susurró antes de mirar hacia arriba.
—Está claro que los espíritus del bosque no te permitirán hacerme daño, y no tengo intención de extender mi visita —dijo Valencia, levantándose de su lugar y sacando su teléfono.
Llamó a Tory y le dijo que fuera a la entrada de los bosques prohibidos ya que iba a traer a Theo de vuelta. También le pidió a Tory que le reservara un billete de vuelta al estado.
Decir que Tory quedó impactado con sus palabras sería poco. Rápidamente completó su trabajo para un lugar tan peligroso y misterioso como la manada del Caribe Den.
—Señorita Valencia, nos encantaría atenderla hasta que usted y su amigo se curen —dijo el antiguo alfa, pero Valencia negó con la cabeza.
Ella no quería quedarse en este lugar ni un segundo más.