voy a empezar a subir 2 capitulo por semana de esta historia. los lunes y los viernes. aunque si las piedras de poder llegan hasta por lo menos 30 para el miercoles subire un capitulo extra.
pueden ver 3 capitulos avanzados en mi patre on.com/YoDarki.
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"Si sabes que estaba mal, ¿entonces por qué lo hiciste?" —preguntó Daphne, bastante enojada por mi participación en la broma a la pareja de mi hermano.
"Perdón" —dije, sonando arrepentida mientras revoloteaba mis pestañas para convencer a Daphne. Aunque parecía que iba a funcionar, ella resistió el daño. Parece que voy a tener que usar más energía en mis ataques.
"Está bien que bromees con tu hermano, pero no está bien que pongas en duda el amor de una pareja, ¿entendiste?" —dijo Daphne, dejando claro su enojo. Aunque yo no veo el problema, estoy segura de que Fleur solo estaba buscando una excusa para llevarse a Stephen a un lugar apartado.
"Está bien, me voy a disculpar con Fleur cuando la vea" —dije, actuando inocentemente.
"Bien, pero igual serás castigada" —respondió Daphne con firmeza.
Era hora de usar mi arma número uno.
"¿De verdad necesito un castigo?" —dije, acercándome a Daphne, casi abrazándola, mientras la miraba fijamente a los ojos.
"Eso no te va a servir" —dijo Daphne, manteniendo la calma. Rayos. Antes esto servía para ponerla nerviosa. Parece que voy a tener que subir un poco más la intensidad.
"¿Y si hago esto?" —susurré, acercándome aún más y apoyando mis brazos sobre sus hombros, quedando a nada de besarla. Al mismo tiempo, desactivé mi camuflaje, dejando que mi verdadera apariencia se revelara por completo.
Parece que mi buen hermano tuvo la misma idea, porque sentí el impulso de su aura no muy lejos del pasillo donde estábamos.
"Te dije que no te iba a servir, querida. Ya me acostumbré a tu apariencia" —dijo Daphne antes de darme un beso, soltarse de mi agarre y caminar tranquilamente. Antes de irse, se volteó un segundo y me dijo—: Vamos al comedor antes de que nos vengan a buscar.
Y luego siguió su camino.
"Perdí" —susurré suavemente, intentando recuperarme del ataque crítico de Daphne. Después de todo, puedo decir que tengo mucho ataque, pero cero defensa. Ahora mi cara estaba tan roja como un tomate—. Me las vas a pagar —murmuré mientras me abanicaba la cara.
Luego de unos segundos para recuperarme, salí del pasillo y me dirigí al comedor. Justo vi a Fleur caminando con paso rápido hacia allá, con el rostro visiblemente rojo.
Detrás de ella, no muy lejos, venía Stephen con paso tranquilo y una sonrisa victoriosa. Cuando me vio, me lanzó una mirada burlona. Seguramente se dio cuenta de algo... Seguro por el mismo rubor que tenía yo.
Maldita sea, me molesta. Parece que mi venganza fue demasiado suave. Ya verá.
Al llegar al comedor, todos hablaban sobre la presentación que obviamente nos perdimos, pero no creo que haya sido algo del otro mundo.
Así que comimos tranquilamente, mientras los profesores parecían estar teniendo una conversación interesante.
Después de eso, todos nos fuimos a nuestros cuartos. Parece que los chicos de las otras dos escuelas dormirán en su transporte, ya que al parecer cuentan con suficiente espacio para todos. Después de todo, tienen el hechizo de expansión.
Al otro día, me levanté temprano como siempre y fui a buscar comida a la cocina.
"Hola, joven ama Wanda" —dijo Misty apenas entré por la puerta.
"Hola, Misty. ¿Estás trabajando aquí?" —pregunté, sorprendida de verla en el castillo.
"Sí. Ya que los amos están en el castillo, Misty tiene que protegerlos. Dobby también está por allí" —respondió, señalando al elfo de Harry, que daba vueltas alrededor de una elfina. Parecía que intentaba animarla, ya que ella estaba llorando en una esquina de la cocina.
Intrigada, me acerqué para ver qué sucedía.
"Hola, Dobby. ¿Qué pasa?" —pregunté con curiosidad.
"Oh, joven ama Wanda. Dobby la saluda" —dijo Dobby con elegancia. Después de todo, fue entrenado por Misty, así que ya no se comporta como antes. Incluso tiene su pequeño traje de mayordomo, algo que ha causado la envidia de muchos elfos en la cocina. Sobre todo porque, a pesar de no ser un elfo libre, puede usar ropa tan genial.
"Ella es… ¿Winky, cierto? ¿Qué hace aquí llorando? Dobby, ¿la estás maltratando?" —pregunté, viendo cómo Dobby se volvía un manojo de nervios al escuchar eso.
"¡No, no! ¡Dobby nunca haría eso!" —dijo apresuradamente, intentando explicarse, pero sus nervios lo hacían ver más culpable, aunque obviamente no lo era.
"Jaja, era una broma, Dobby. Entonces, ¿qué pasa?" —pregunté mientras me sentaba en el suelo, interesada en la historia.
"Bueno… Winky parece—"
Antes de que Dobby pudiera terminar, Winky empezó a hablar entre sollozos.
"Mi madre trabajó para los Crouch, y mi abuela antes que ella. ¿Qué pasaría si vieran que Winky ha sido liberada...? ¡Ay, la vergüenza...!" —dijo mientras tomaba un gran trago de la botella que tenía en su mano. Aunque no parecía una bebida con mucho alcohol, para Winky sí lo era.
"Ah, cierto... Crouch. Mmm" —dije mientras recordaba los sucesos de la Copa de Quidditch. Si no me equivoco, Barty Crouch padre fue arrestado cuando se probó que los huesos de su hijo enterrado eran, obviamente, los de su esposa. Y en la tumba de su esposa no había nada.
Obviamente, el Ministerio intentó ocultarlo, ya que tenía bastantes partidarios de Crouch intentando ayudar, pero una reportera del Profeta lo mostró al mundo rápidamente.
Sobre todo, Fudge aprovechó para sacarse a un contrincante del camino, y ahora Crouch cumple condena en Azkaban.
"Entonces, ¿no quieres ser un elfo libre? Pensé que muchos buscaban la libertad" —dije mientras miraba a Winky.
Mientras tanto, algunos elfos parecían haber escuchado mis palabras, por lo que empezaron a moverse nerviosamente.
"¡No diga eso, joven ama Wanda! ¡Ningún elfo de Hogwarts quisiera ser libre!" —dijo Misty, ayudando a los nerviosos elfos que corrían por todos lados, un poco descontrolados.
"¡Así es! ¡Eso es una locura!" —dijo otro elfo mirándome con miedo.
"Hokey será un elfo doméstico hasta la muerte" —dijo otro elfo, exagerando un poco, pero parecían bastante serios.
"¿Pero él no quería ser libre?" —pregunté mientras apuntaba a Dobby.
"Dobby se equivocó en ese momento. Dobby es feliz siendo el elfo del joven amo Harry y la familia Flamel" —dijo Dobby rápidamente.
"Mmm. Entonces, ¿quieres volver a ser un elfo doméstico con un amo?" —le pregunté a Winky, quien me miró por unos segundos antes de responder.
"Cuando un elfo doméstico es liberado, el contrato de servidumbre se desvanece de nuestro cuerpo. Winky ya no puede volver a ser una sirvienta" —dijo mientras tomaba otro trago de su botella.
"No te preocupes, tengo una solución. Después de todo, Dobby fue liberado y atrapado por mi hermano para servir a Harry con un contrato diferente" —dije, explicándole pacientemente a Winky.
"¡Es cierto! ¡Dobby ahora es un sirviente orgulloso de la casa Flamel!" —dijo Dobby mientras mostraba el pequeño escudo en su brazo, el cual tenía el emblema de la familia Flamel mezclado.
Winky miró el escudo de Dobby y luego me volvió a mirar, esperanzada por un segundo, antes de que volviera a deprimirse.
"Pero Winky es un elfo malo... por eso fue despedida" —dijo con tristeza.
"Te voy a preguntar solo una vez, y tienes que responder ahora, porque no habrá otra oportunidad" —dije, poniéndome seria mientras miraba a Winky—. ¿Quieres ser mi sirvienta y unirte a los elfos que sirven bajo la familia Flamel?" —pregunté con una mirada firme.
"¿Familia Flamel?" —susurró, mirando a Dobby y a Misty, quienes estaban parados a ambos lados míos, vestidos elegantemente con ropa de sirvientes nobles. Incluso su apariencia parecía haber cambiado un poco, ya que ahora se veían más limpios que los demás elfos.
"Winky quiere... ¿Puede Winky ser un sirviente otra vez?" —preguntó, levantándose apenas. Parecía un poco mareada, pero me miró rápidamente con esperanza.
"Claro. Pero primero necesitas un baño y estar más sobria" —dije con una sonrisa, mientras Misty rápidamente actuaba y se llevaba a Winky para una limpieza rápida.
Mientras tanto, yo fui a buscar a mi buen hermano Stephen.
Cuando lo encontré, parecía que estaba presentándole Hogwarts a Fleur mientras paseaban coqueteando por los pasillos.
"Hola, Fleur. Necesito un rato a mi hermano" —dije mientras aparecía entre ellos y tomaba a Stephen antes de que pudiera resistirse. Lo arrastré conmigo.
"¡Espera, idiota! ¿Qué estás haciendo?" —dijo mientras era arrastrado por mi magia. Mientras tanto, yo flotaba unos centímetros del suelo para ir más rápido. Después de todo, la profesora McGonagall prohibió que voláramos en los pasillos.
"Atrapé un elfo doméstico interesante" —dije con una sonrisa.
"¿Atrapaste qué?" —dijo sin entender bien. Pero era mejor mostrárselo, así que llegué rápidamente a la cocina.
Ahí, parecía que Misty ya había ayudado a Winky a ponerse sobria. La elfa estaba parada con nervios a un lado de Misty y Dobby.
"Ahora ponle el mismo contrato que Misty y Dobby a Winky" —dije, señalándola.
Stephen la miró por unos segundos mientras comprendía lo que estaba pasando.
"Suspiro. Supongo que está bien" —dijo mientras sacaba un papiro y empezaba a escribir en él con magia.
Luego de unos segundos, se lo dio a Misty.
"Toma. Si firmas esto, tendrás los mismos derechos que Misty y Dobby. No tienes que traicionar a tu antiguo amo, no necesitamos nada de él de todas formas. Pero, incluso si lo ves en el futuro, ahora será un desconocido para ti" —dijo Stephen, pareciendo querer asegurarse de algo.
Winky lo pensó por unos segundos. Después de todo, parecía tener aprecio por la familia Crouch, pero ahora, como elfa libre, tenía sus propias decisiones.
Finalmente, Winky firmó el documento, un poco nerviosa. Entonces, el contrato brilló, llamando la atención de todos los elfos de la cocina, y luego entró dentro de Winky.
Parecía que ella sentía algo en su hombro, y rápidamente levantó su viejo traje de sirvienta para ver cómo el escudo de la familia Flamel comenzaba a formarse en su brazo. Lo miró con sorpresa.
Mientras tanto, muchos elfos observaban con un poco de envidia, ya que, al parecer, a Dobby le gustaba contar orgullosamente sobre su escudo familiar.
"Bien. Ahora eres mi elfo doméstico" —dije con una sonrisa orgullosa.
"Bien, yo me voy. No me molestes por un tiempo" —dijo Stephen, y se marchó sin mirar atrás.
"Winky... Winky puede ser una sirvienta otra vez..." —susurró, mirando el escudo de su brazo mientras empezaba a llorar.