Bueno como llegaron a los 50 piedras de poder lo prpmetido es deuda así que aquí les dejo un capítulo mas.
Este capitulo Contiene romance Yuri por lo que estan advertidos.
recuerden que en mi patre.on/YoDarki tienen capitulos avanzados.
dejen sus piedras de poder.
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—Hola, Wanda, aquí se preguntarán qué estoy haciendo en este mismo momento mientras hablo a la nada y sostengo a mis dos pequeños hermanos atados en mis pies—dije mientras hacía un monólogo como si estuviera hablando con alguien. No es como si lo hiciera, solo estoy molestando a Tony y Loki, los cuales se ven bastante confundidos.
—Ya deja de hacer eso, das miedo —dijo Tony mientras me miraba como a una lunática.
—Jajaja, no seas tonto. Obviamente hay alguien mirándonos, ¿te olvidas? —dije actuando con intriga. Bueno, después de todo, Stephen y yo siempre sentimos esa mirada oculta en alguna parte, sobre todo cuando usamos magia.
Según Stephen, son los viejos magos de este mundo los que nos vigilan, al igual que nuestros abuelos y Dumbledore, pero no sé si sea cierto.
—¡Ya desátame, maldita mujer! —dijo Loki molesto mientras se retorcía como un gusano.
—Jajaja, te ves gracioso así —dije mientras lo picaba con mi varita. Por cierto, no suelo usarla mucho. La verdad, se ve bastante tonto usar magia con un palo si puedes hacerlo con tus manos, pero según Stephen, esta herramienta sirve para concentrar la magia en un punto. Al menos para los magos de este mundo, para nosotros es bastante inútil.
Aunque es verdad que la magia de este mundo es más sencilla si se usa con este palo.
—Entonces, ¿qué quiere nuestra hermana mayor, Wanda? —dijo Tony, sonando bastante sarcástico, pero de todas formas me gustaba ese título. Así que, como una buena hermana mayor, los solté.
—¿Quién es ella? —preguntó Loki mientras se quitaba las cuerdas del cuerpo y miraba a Winky, que estaba parada a un lado mío.
—Ella es Winky, mi elfa doméstica —dije presentándola orgullosamente—. Pero no te enamores de ella, puede conseguir a alguien mejor —agregué, mirando con burla a Loki.
—¿Por qué me enamoraría de ella? —gritó Loki molesto.
—Bueno, una versión tuya se enamoró de su versión femenina. Aunque todavía puede que seas tú esa versión, pero no quieres decirnos cuál eres —dijo Tony mientras se unía para molestar a Loki—. Espera, ahora que lo pienso, en las historias nórdicas cuentan sobre algunos romances de Loki. ¿Eran ciertos? —preguntó Tony, recordando las aventuras del dios de las mentiras en las leyendas.
—¿Qué? ¡Claro que no! Eso fue Fandral vengándose de una broma que le hice —dijo Loki intentando defenderse, pero tanto Tony como yo lo miramos con ojos juzgadores.
—Tsk. Entonces, ¿para qué nos secuestraste? —preguntó Loki cambiando de tema mientras se veía molesto.
—Necesito su ayuda para algo —dije acercándome con una sonrisa y les conté mi plan…
—¡Estás loca! ¿Por qué nos meteríamos con el tipo que puede darnos un viaje de ida a la Antártida? —dijo Tony al escuchar mi plan contra Stephen.
Mientras tanto, Loki, aunque no decía nada, asintió dándole la razón a Tony.
—¿De verdad? Entonces, ¿qué dices tú, Loki? De esta manera le demostrarás a Tony que la magia es mejor que la ciencia de una vez por todas —dije mirándolo.
—¿Magia mejor que la ciencia? ¿En serio? La ciencia me ha dado un traje que me permite volar, lanzar rayos y salvar el mundo. La magia es solo una ilusión comparada con la tecnología de vanguardia —dijo Tony molesto. Parece que acabo de tocar una espina.
—Sí, pero Stephen salvaba todo el tiempo nuestra realidad, mientras que ni siquiera tú, con tu tecnología, te habías dado cuenta en ese tiempo —dije burlándome con una sonrisa—. Sobre todo, tu tecnología no puede lograr lo mismo que la magia de este mundo.
—Sé que me estás intentando convencer… y lo lograste. Te mostraré que la tecnología puede hacer lo mismo que cualquier hechizo o poción de este mundo —dijo Tony antes de marcharse rápidamente.
Entonces miré a Loki, que se había quedado parado en su lugar pensando.
—Parece que Tony te va a ganar —dije mientras lo observaba.
Eso hizo que Loki reaccionara y se fuera corriendo molesto. Parece que los convencí para que me ayuden. Eso fue fácil.
Mientras espero a que mis hermanitos completen mi pedido, tengo tiempo para molestar a alguien, así que iré a ver qué está haciendo Harry.
Fue fácil de encontrar, ya que estaba caminando junto a Hermione y Ron en el patio interior.
—Hola, Harry, ¿qué estás haciendo? —dije apareciendo detrás de él de repente, lo que hizo que se asustara.
—¡Wanda! Uf, ¿qué sucede? —dijo Harry mientras se recuperaba del susto.
—¿Doy tanto miedo? —pregunté mientras miraba a los tres. Rápidamente sacudieron la cabeza con rapidez. Ignoraré a Ron, que asintió por un segundo antes de cambiar a sacudir la cabeza como los otros.
—Mmm, ya no importa. Ustedes son aburridos —dije antes de marcharme, dejando a los tres atónitos.
Mientras caminaba sin rumbo, encontré a una linda chica de Slytherin con el pelo rubio plateado. Parecía caminar en mi dirección, así que tal vez podría intentar coquetear con ella.
—Hola, preciosa, ¿vienes aquí seguido? —dije mientras me apoyaba con una mano en la pared, intentando actuar con estilo.
—¿La escuela en la que estudio desde hace cinco años? ¿En el pasillo que está camino al comedor, donde como todos los días? ¿Y por qué estás hablando así? —respondió Daphne, sin entender mi coqueteo. Agh, eso me hizo sentir un poco de vergüenza.
—Era una broma… aunque tu modo de coquetear es bastante viejo —dijo ella, acercándose con una suave sonrisa.
—Oye, mis métodos de coqueteo están actualizados a la moda, 100% funcionales —dije, actuando con narcisismo.
—¿Oh, de verdad? 100% funcionales… Debes de haber intentado coquetear muchas veces, entonces —dijo, lanzándome una mirada peligrosa.
—Por supuesto. Si lo uso solo contigo y siempre funciona, significa que es 100% efectivo —dije rápidamente, activando todas mis neuronas para salir del problema.
—Jajaja, bien, esta vez ganaste —dijo, mirándome con cariño—. ¿Quieres venir conmigo o seguirás intentando coquetear con las chicas que pasen por este corredor? —preguntó mientras me tendía la mano.
—Obviamente me gustaría quedarme —respondí en broma, pero al ver su sonrisa peligrosa nuevamente, decidí corregirme—. Quedarme contigo, ¿quién más? —dije otra vez, salvándome.
De todas formas, Daphne me dio un golpecito en la frente antes de tomar mi mano y llevarme al comedor.
—Ahora que lo pienso, cuando nos conocimos no eras así —dije de repente, rompiendo el silencio mientras caminábamos tomadas de la mano.
—¿De qué hablas? —preguntó confundida.
—De esto —dije, levantando nuestra mano unida—. Antes, con solo acercarme un poco a ti, tus orejas se ponían rojas mientras intentabas actuar sin emociones.
—Ah… bueno, eso era porque no estaba acostumbrada todavía. Pero tenerte dando vueltas a mi alrededor me hizo más fuerte contra tus encantos —dijo, deteniéndose un segundo para acercarse y acariciar mi cara, haciendo que me pusiera roja.
—Jajaja, y es más divertido estar del lado emisor. Después de todo, cuando era más joven tenía que controlar mis emociones para que mi magia no se descontrolara —dijo con una sonrisa mientras me miraba.
—Cierto, Stephen me contó que curó la maldición de tu familia —dije, recordando lo que me había dicho cuando conocí a Daphne—. Eso me recuerda a cuando nos conocimos —añadí, mirándola con una sonrisa burlona.
—Es mejor que olvides eso —dijo, esta vez mostrándose un poco avergonzada.
—Ah, qué bellos recuerdos. Recuerdo ver a una jovencita Daphne entrenar su magia seriamente y, cuando aparecí frente a ella, su magia se descontroló tanto que las hojas de los árboles cercanos se volvieron corazones —dije mientras daba unos pasos alrededor de ella, que intentaba hacer que me callara.
—Está bien, no hace falta decirlo en voz alta —dijo, tratando de taparme la boca.
—Creo que cuando tuvimos la primera clase juntas también hiciste que la clase del profesor Flitwick se llenara de rosas que volaban por todos lados —continué, esquivando sus manos mientras intentaba detenerme.
Después de unos segundos de correteo, logró atraparme mientras me burlaba de ella.
—Obviamente eso último fuiste tú, solo para burlarte de mí —dijo, abrazándome con enojo y vergüenza.
—Jajaja, quizás —respondí, actuando sospechosamente.
—Y si no recuerdo mal, eras tú la que me seguía a todas partes —dijo, intentando defenderse.
—Bueno, era interesante ver qué cosas más podían transformarse por accidente cuando me mirabas —dije, devolviéndole el abrazo.
—Tsk. Vamos, se hace tarde —dijo, soltándome un poco molesta, aunque era obvio que estaba más avergonzada que enojada, porque aun así sostenía mi mano con fuerza mientras caminábamos hacia el comedor.
—Ahora que lo pienso, tal vez simplemente te enamoraste de mi apariencia —dije, fingiendo estar herida.
—No te hagas. Tú también te enamoraste primero de mi apariencia —dijo rápidamente, mirándome.
—Jajaja, eso significa que somos la una para la otra —respondí, dándole un ligero beso antes de seguir nuestro camino al comedor.