Mientras Kael continuaba su viaje, se encontró con un grupo de cinco personas que intentaron robarle. Observando rápidamente la situación, Kael notó que tres de ellos estaban gravemente heridos y solo dos estaban en condiciones de pelear. Con una sonrisa astuta, decidió usar sus clones falsos y su velocidad aumentada para enfrentarlos. Creando dos ilusiones de sí mismo, Kael se movió a una velocidad increíble, confundiendo a sus atacantes. En cuestión de segundos, los dos hombres en condiciones de pelear cayeron, incapaces de seguir el ritmo de las ilusiones rápidas de Kael. Los otros tres, ya heridos, no representaban una amenaza y pronto fueron neutralizados. Después de asegurarse de que no había más peligro, Kael revisó a los hombres y encontró dinero y objetos de valor. Entre sus pertenencias, descubrió algo que lo dejó sin aliento: un huevo de grifo. Los grifos eran bestias míticas extremadamente poderosas, y Kael sabía que varios clanes estarían dispuestos a pagar grandes sumas de dinero por uno. Por un momento, Kael pensó que el huevo podría ser falso. Sin embargo, al examinar los uniformes y el carruaje de los hombres, se dio cuenta de que eran una escolta de un marqués importante. Además, gracias a su telepatía, Kael podía sentir la vida dentro del huevo. Con una sonrisa satisfecha, colocó el huevo en una bolsa y se preparó para salir del lugar. Con el huevo de grifo en su poder, Kael sabía que tenía una ventaja significativa. No solo podría venderlo por una fortuna, sino que también podría usarlo para negociar con los clanes más poderosos de Eldoria.