Kael se encontraba en una taberna, disfrutando de una comida sencilla mientras escuchaba las conversaciones a su alrededor. Siempre atento, recopilaba información sobre lugares importantes cerca de su ubicación. Fue entonces cuando escuchó algo que captó su interés: una mazmorra de grado A había aparecido esa misma mañana, no muy lejos de donde se encontraba. Los soldados de Luminis llegarían pronto para tomar posesión de ella. Sin perder tiempo, Kael salió corriendo en dirección a la mazmorra. Sabía que debía llegar antes que los Luminis para reclamar los objetos valiosos que pudiera encontrar. Al llegar, usó su esencia mágica para abrir la entrada y fue transportado a la sala principal de un antiguo castillo. El interior del castillo era impresionante, con paredes blancas y acabados dorados que reflejaban la luz de las antorchas. En lugar de un trono, en el centro de la sala había un pilar de luz que sostenía un libro antiguo. Kael dio un paso al frente, pero en ese momento, las estatuas que decoraban la sala comenzaron a moverse, adoptando posiciones de combate. Kael sabía que debía actuar rápido. Utilizando sus ilusiones rápidas, creó dos clones de sí mismo y se movió a una velocidad increíble, esquivando los ataques de las estatuas. Con cada movimiento, Kael se acercaba más al pilar de luz. Finalmente, con un salto ágil, alcanzó el libro y lo tomó en sus manos. Las estatuas se detuvieron de inmediato, volviendo a sus posiciones originales. Kael abrió el libro y comenzó a leer, descubriendo que contenía poderosas técnicas mágicas que podrían aumentar aún más sus habilidades. Con una sonrisa satisfecha, guardó el libro y salió de la mazmorra.