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Esclavo de los dioses

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Synopsis

Chapter 1 - Un Nuevo Comienzo

Alguna vez te has sentido fuera de lugar…

Has sentido que hay algo mas en este mundo, te preguntas si lo que haces esta bien, o dudas de tu propia existencia.

Desde que tengo memoria no logro sentirme cómodo con lo que me rodea, es un sentimiento extraño pues cada vez que camino por la calle siento que alguien me observa, soy incapaz de concentrarme, y siento que me pierdo a mi mismo.

Tal vez hay algo que no estoy viendo o quizás solo sean imaginaciones mías.

Perspectiva: Clover

Lunes 5 de julio del 20XX

"Beep—beep—beep—beep"

El sonido del despertador me saco de mi sueño profundo, ¿ Que es lo que soñaba?... No puedo recordarlo, me levantó de mi cama y me dirijo al baño.

Me doy una ducha y regreso a mi habitación,

Tomo mi uniforme me visto y bajo a la cocina para comer algo antes de salir.

—Buenos días mamá —digo mientras sonrió.

—Buenos días, siéntate el desayuno estará listo pronto.

Pongo mi mochila en la mesa y me siento.

—¿Cómo te sientes mamá? .

Mi madre a estado un poco enferma estos días.

—Me siento mucho mejor que ayer, te dije que solo necesitaba descansar un poco.

—Tienes que cuidarte, no quiero que te pase algo malo.

Ella pone un plato de comida frente a mí y golpea mi frente.

—Auch, eso duele—, digo mientras frotó mi frente.

—¿Quién te crees, mi padre?, se cuidarme sola no tienes que preocuparte.

—Aunque digas eso..

Toma un plato y se sienta frente a mí.

—Sera mejor que comas rápido, ¿ sabés que hora es?.

Miro hacía el reloj de la pared.

—Rayos—, tomo varias cucharadas grandes y las llevo a mi boca.

Termino de comer y pongo mi plato en el fregadero.

—Nos vemos mas tarde —digo mientras le doy un abrazo.

—Qué tengas, un buen día—. Responde mientras sacude  su mano.

Agarró mi mochila y salgo de casa, en cuanto pongo un pie afuera veo a chicos con mi mismo uniforme., Sin prestarles atención me dirijo hacia la escuela,

Sin embargo como todos los días me miran de forma extraña, como si vieran a un animal en un zoológico.

Sin pensarlo dos veces me pongo mi capucha y apresuró el paso, pasado unos minutos llego a la puerta de la escuela, y me veo obligado a quitarme la capucha.

Ignorando las miradas camino entre todos y me dirijo a mi salón de clases, tras unos minutos el salón se llena y el timbre suena., el maestro entra todos lo saludamos y como de costumbre el dia empieza.

Tras varias horas el timbre suena y la clase termina, guardo mis cosas y me dirijo a la puerta, cuando estoy por salir el maestro me llama.

—Clover, ven un momento —dice molesto.

Me doy la vuelta y camino hacia el.

—¿Hay algún problema?.

—Creí haberte dicho que arreglarlas  tu cabello.

—Lo lamento… Pero a mi madre no le gusta que pinte mi cabello—. Respondo mientras agachó mi cabeza.

—Es lo mismo una y otra vez, llamare a tu madre para hablar sobre ti, ¿esta en casa ahora?.

—lo está.

—Es todo puedes irte —dice mientras toma su teléfono.

Me despido y salgo del salón.

—lo mismo una y otra vez, ¿Qué quieres que haga?,

No puedo cambiar el color de mi cabello a voluntad…

A este punto me e acostumbrado un poco, desde el jardín de niños los maestros me reclaman por el color de mi cabello.

En cierto sentido lo entiendo, no es normal ver a un niño con el cabello así, sin embargo me gusta mi cabello y a mi madre también le gusta.,

Pero ellos no entienden que es así desde que nací.

Nunca lo e pintado pero no se que le dirán a mi madre, tal vez sea hora de un cambio.

Desde que tengo memoria e sido diferente de los demás.

Soy mucho mas resistente y fuerte que los niños de mi edad, sería algo bueno lo es de echo.

Pero esa es la razón por la que no logro encajar, cuando era pequeño estaba jugando con unos niños en el parque,  junto a mí uno de ellos se resbaló y lo tome del brazo para que no se cayera sin embargo no controle mi fuerza y sin querer le rompí el brazo, el comenzó a gritar y su sangre goteaba por todos lados.

Me asuste y lo solté, tras unos segundos su madre llegó corriendo y me dio una cachetada, tomo a su hijo y se lo llevo,  gritándole a mi madre mientras salía.

Mi madre corrió hacia mí me abrazó y me llevo a casa, ya en casa limpio la sangre de mis manos y me dijo.

—No te preocupes, no fue tu culpa.

—Aunque a partir de hoy, tienes que controlar tu fuerza para que esto no vuelve a pasar.

Esa noche no pude dormir, no podía sacar de mi mente lo ocurrido, no podía dejar de llorar, tenía miedo ¿y si lastimaba a alguien mas?.

Mi madre al verme en ese estado me abrazo, pero yo con temor de lastimarla la aleje.

—¡No!—, grite mientras me alejaba.

—No quiero lastimarte ati también.

Ella tratando de calmarme me dijo.

—Tranquilo… no me harás daño, ven dejame abrazarte.

Se acercó lentamente y me dio un abrazo, esa noche llore hasta quedarme dormido.

Desde ese día siempre evito el contacto con otras personas, no quiero hacerles daño por accidente.,

Tal vez por eso la gente me mira de manera extraña.

—¿A quien engaño?.

Si esa fuera la única razón los maestros no me dirían nada.

Aparte de mi fuerza, mi apariencia no es normal. Mi madre tiene el cabello de un hermoso color rubio y sus ojos son dorados.

A diferencia de ella mi cabello es blanco y  mis ojos son, uno azul y el otro rojo.

Nunca e visto a alguien con una apariencia parecida a la mía, muchas veces intente ponerme lentes de contacto, pero estos hacían que mi vista se volviera borrosa y si los usaba por mucho tiempo me cegaban por  completo.

Mi madre dijo que de dónde venimos mis ojos y cabello son normales, pero nunca e visto a alguien con ojos como los míos.

¿Qué está mal conmigo?.

A menudo escuchó a la gente llamarme monstruo,

Y no los culpo a veces me siento así.

Camino por el pasillo y llego a mi siguiente clase.

Al entrar todos me miran con desconcierto, no dejo que me afecte y me siento en mi lugar.

Sin embargo escucho una conversación a lo lejos.

—¿lo viste?.

—Si, ¿no te molesta verlo todos los días?.

—Ni me lo recuerdes, e pedido a mis padres que me cambien de escuela pero ellos no me escuchan.

—yo también se los dije, pero ellos me dijeron que no sea inmadura.

—Si ellos lo vieran me entenderían.

—¿Por qué sus ojos son de ese color?.

—no lo sé, tal vez este enfermo.

—Eso es asqueroso, no me acercaré a el, no quiero que me contagie.

Charlas como esas son comunes a mi alrededor, hago mi mejor esfuerzo para que no me molesten, pero es muy difícil saber que a los ojos de todos soy un monstruo al que no se deben acercar.

Finalmente el día termina.

No se que le dijeron a mi madre espero que no le dijeran nada malo.

Recojo todas mis cosas y me dirijo a la salida, pero al cruzar la puerta escucho voces detrás de mí.

—El monstruo afín se fue.

—Porque lo aceptaron en nuestra escuela, sería mas fácil que lo expulsen.

—desearía que se muriera para no tener que verlo nunca más.

Inconscientemente comencé a correr hacia la salida, creí que ya me había acostumbrado a los insultos, pero nunca había escuchado que desearán que muriera.

Mientras corro choco con alguien, levanto mi cabeza para ver quien es.

—¿Mamá?.

Era mi madre, sin pensarlo la abrazo mientras lágrimas salen de mis ojos, ella me da un pequeño abrazo y me lleva a casa.

Camino a casa ella me pregunta.

—¿Qué pasó?.

No respondo, no quiero que sepa todo lo que dicen de mi.

—¿Estas bien?.

—No te preocupes, estoy bien—, respondo conteniendo las lágrimas.

—No lo pareces, puedes decirme lo que sea.

No se que decir, no quiero que se preocupe por mi, tiene suficientes problemas como para lidiar conmigo.

Mientras caminamos, ella empieza a toser descontroladamente hasta que se desmaya.

—¡MAMÁ!, ¿Qué TIENES?, despierta por favor"

No responde, tiro mi mochila al suelo y la subo a mi espalda, es mas alta que yo pero gracias a mi fuerza anormal es fácil llevarla.

La llevo al hospital mas cercano, al entrar grito con todas mis fuerzas.

—¡AYUDA!, ¡MI MADRE NO DESPIERTA!.

Los médicos corren hacía mí y la suben a una camilla.

—Mamá, despierta por favor.

Camino junto a mi madre hasta que un Doctor me detiene.

—tienes que esperar aquí, llevaremos a tu madre a urgencias.

Con lágrimas en los ojos le digo.

—Por favor, salve a mi Mamá, le pagare lo que me pida pero por favor sálvela.

—No te preocupes, estará bien.

El se voltea y corre hacia donde se llevaron a mi madre.

No se que hacer, estaba bien esta mañana, ¿Qué pasó?.

No puedo hacer nada, soy un inútil siempre le di problemas, ¿es mi culpa que se encuentre en este estado?.

Va a estar bien, esto no es nada, mi mamá es la persona mas confiable y buena que conozco… ¿y si le pasa algo?.

Me doy un golpe en la cara.

—Idiota, ella va a estar bien siempre esta bien.

Han pasado varias horas y nadie ha salido ¿ella está bien verdad?.

La puerta detrás de mí se abre y sale el Doctor de antes, me acerco a el y le pregunto.

—Que le paso a mi mamá , ¿ella esta bien verdad?.

El me mira con lástima.

—¿Esta bien verdad?. —Pregunto temeroso

Pone su mano en mi hombro y me dice.

—No sabemos que es lo que tiene.

—Que significa eso, ¿esta bien verdad?.

—Escúchame, tu madre esta en coma y no sabemos cuándo despertara.

Al oír sus palabras mis piernas pierden su fuerza y caigo, lágrimas salen de mis ojos y caen al suelo.

Mientras trato de asimilar todo lo que ocurre el Doctor   se arrodilla frente a mí y habla.

—Tenemos que hablar con tu padre, ¿puedes decirle que venga?.

Nunca conocí a mi padre, mi madre dijo que murió salvándome.

—El esta muerto—,respondo entre sollozos.

—lo lamento mucho, ¿tienes algún familiar con el que podamos hablar?.

Desde que tengo memoria solo hemos sido mi mamá y yo, una vez le pregunté sobre nuestra familia y me dijo qué se encuentran en un lugar muy lejano.

—No lo hay, solo somos mi mamá y yo.

El Doctor me toma de los hombros y me dice.

—Escucha, tienes que ser fuerte, no sabemos la causa pero su pulso y respiración parecen ir en declive.

—¿Qué significa eso? —pregunto con temor.

—significa, que no vivirá por mucho tiempo.

Me quedo en shock, no sé como reaccionar a lo que acabo de escuchar, tiene que ser un error mi madre no puede morir, debe haber algo que pueda hacer.

—¡Déjeme verla!, —digo mientras lo tomo de la camisa.

—Se encuentra en un estado delicado, no podrás verla por un tiempo.

—Debe haber algo que puedan hacer, el dinero no es un problema encontraré una manera de conseguir la cantidad que me pida.

—¡NO LO HAY!— grita mientras aprieta mis hombros.

Suelto su camisa y un mar de lágrimas corre por mis mejillas. Una corriente de sentimientos recorren mi mente, no puedo pensar con claridad, mi temperatura comienza a subir mi pulso se acelera y un sentimiento extraño surge en mi pecho.

Nunca me había sentido de esta forma, estoy destrozado pero por alguna razón me siento calido por dentro. Una especie de energía recorre todo mi cuerpo, y cuando llega a mi cabeza me causa un dolor indescriptible.

Aprieto mi cabeza con fuerza y siento que algo se rompe dentro.

—¡AHHHHH!.

—¡OYE!, ¿Qué TIENES? LEVÁNTATE.

El Doctor me sostiene de las muñecas e intenta ponerme de pie, mi cabeza me esta matando pero hago mi mejor esfuerzo levantarme.

El me habla pero no logro escuchar lo que dice, intento escucharlo pero me es inútil, me esfuerzo por calmarme y poco a poco el dolor comienza a disminuir.

Tras varios minutos logró reincorporarme y finalmente entiendo lo que dice.

—¡TU MADRE DESPERTÓ!.

—¿Mi madre?. —Digo mientras intento asimilar lo que acaba de ocurrir.

—¡¿Dónde esta?!, déjeme verla.

—Tienes que tranquilizarte, parecía que tenias un ataque.

—Eso no importa lléveme con ella.

La forma en la que me mira es una mezcla de lástima y temor, cuándo confirma que estoy bien se da la vuelta y habla con una enfermera.

Intento escuchar lo que están hablando pero algo llama mi atención…

—Que es eso —digo mientras camino hacia la puerta por donde se llevaron a mi madre.

Una especie de polvo dorado flota en el aire formado lo que parece ser una línea, abro la puerta y el polvo sigue allí, se mueve como si intentará guiarme a algún lugar, entro al pasillo y la puerta detrás de mi se cierra.

Los médicos intentan abrirla pero no lo logran, sigo la línea hasta que me encuentro con una puerta, sin pensarlo la abro y veo a mi madre sentada en la cama.

—Finalmente se rompió ¿no es asi?. —dice mientras es rodeada del polvo dorado.

—¡Mamá!— grito y corro para abrazarla.

Ella me rodea con sus brazos y acaricia mi cabeza.

—No te preocupes, estoy bien.

No puedo evitar llorar al escuchar sus palabras.

—Pero el Doctor dijo que estabas muriendo. —Digo mientras la abrazo con fuerza.

Me toma de los hombros y con una expresión seria me dice.

—Clover escúchame bien, tenemos que salir de aquí de inmediato.

—¿Por qué lo dices, hay algo que te molesta?. — respondo confundido.

—No hay tiempo.

Apunta su mano hacia la ventana sus dedos se iluminan y la ventana se rompe, me toma del brazo y corre cuando estamos por llegar gritó asustado.

—Mamá espera, nos caeremos.

Ella me abraza y saltamos, cierro mis ojos preparándome para la caída, sin embargo, esta no llega. Lentamente, abro mis ojos y lo que veo me deja perplejo.

—Estamos volando?

Debajo de mí veo las luces de incontables edificios los cuales parecen de juguete.

—No tengas miedo, llegaremos en un segundo.

—¿A que te refi….

Antes de que siquiera pudiera hablar aceleramos, el viento golpea mi cara y a medida que aceleramos me es mas difícil abrir mis ojos, luego de unos segundos nos detenemos y nos encontramos en el patio de nuestra casa.

—¿Qué es lo que acaba de pasar? —digo mientras intento pararme derecho.

Miro en dirección a mi madre y no puedo creer lo que veo.

¿Esas son alas?.

Unas alas blancas salen de su espalda, son tan grandes que tocan el suelo.

—¡Mamá!, ¿lo que sale de tu espalda?.

Sin prestarme atención me dice.

—Escucha, tienes que calmarte el sello dentro de ti se ha roto, prepárate te dolerá un poco.

—¿A qué te refieres? —pregunto mientras me acerco a ella.

Ella retrocede junta sus manos y dice.

—BARRERA.

De la nada unas paredes transparentes me rodean por completo, toco una y se siente tan  sólida como el acero.

—Mamá ¿Qué estas haciendo?.

Ella no me responde.

—¿Mamá?.

De repente empiezo a sentir un dolor intenso en la espalda.

La piel de mi espalda se rompe y de debajo de ella unas alas comienzan a crecer.

—¡AHHHHH! — Grito con todas mis fuerzas.

—Mamá ayúdame me duele mucho.

Nos miramos a los ojos hasta que ella baja su cabeza.

—Ayúdame.

El dolor es insoportable pero logro resistirlo.

Respiro con dificultad y no puedo mover mi cuerpo. Con dificultad miro detrás de mí y veo un par de alas parecidas a las de mi madre.

Alzó mi cabeza y veo a mi madre llorando detrás de la pared, levanto mi mano y la pongo en la pared ella hace lo mismo.

Poco a poco mi cuerpo comienza a moverse me pongo de pie y le sonrió a mi madre.

—Ahora soy como tú —le digo con una gran sonrisa.

Ella niega con la cabeza, y la mía  comienza a doler.

—¿Aún no ha terminado? —digo mientras sostengo mi cabeza.

Tras unos segundos siento como si pusieran un metal al rojo vivo en mis ojos. El dolor es tan intenso que me impide gritar, intento aguantar lo mejor que puedo, pero el dolor aumenta cada vez más.

Me duele tanto que quiero arrancarme los ojos; sin embargo, unas cadenas aparecen en mis brazos impidiendo que mis manos lleguen a mis ojos.

Sin poder hacer nada  me desmayó debido al dolor.