En ese momento, se calló precipitadamente y mordió con fuerza el hombro de Li Hanxian.
Sin embargo, esta mordida no le causó dolor a Li Hanxian; al contrario, despertó la locura en su interior.
Tras bajar las escaleras, Rong Shengsheng fue lanzada al coche.
Observó al hombre frente a ella, con aspecto de bestia, con terror, sin atreverse a hacer más ruido.
Viendo el estado de Li Hanxian, parecía como... como si alguien le hubiera echado un hechizo.
No, eso no está bien, debían haberle drogado...
—Mm...
Li Hanxian la besó con fuerza, su mano también entrando dentro de su ropa.
Rong Shengsheng quería resistirse, pero la disparidad de fuerza entre hombres y mujeres no le dejaba oportunidad, especialmente ahora que Li Hanxian estaba completamente consumido por sus deseos, desprovisto de toda razón.
Solo podía apretar los dientes mientras las lágrimas llenaban sus ojos, soportando la tormenta de la noche.