—Las palabras de Yan Ling, como una Torre de la Fuerza, de inmediato reavivaron la esperanza en Liu Yue.
—Ella, con la voz entrecortada, dijo:
—Dr. Yan, esa es la mejor noticia que he escuchado en un año.
Ella y sus padres habían experimentado demasiada desesperanza y dolor durante este tiempo.
No querían renunciar a ni un ápice de esperanza.
Pero no importaba cuánto lo intentaran, todos los doctores, tras ver la condición de su hermano, solo movían la cabeza, diciendo que era inútil.
—No están equivocados. La situación es verdaderamente complicada. Aún con mi estudio de la medicina antigua, no puedo garantizar un éxito total —dijo Ling.
Yan Ling comprendía los sentimientos de Liu Yue, pero había cosas que aún necesitaban ser dichas.
—Liu Yue rió entre lágrimas:
—Está bien. Aunque al final no haya esperanza de que mi hermano despierte, mi familia te estará eternamente agradecida.
