Michelle intentó rápidamente cerrar la puerta con fuerza, desesperada por impedir que la señora Perez, la esposa de Theodore, entrara. El pánico la invadía mientras luchaba por asegurar la puerta, sabiendo que si la señora Perez lograba entrar, las cosas se saldrían de control.
Justo cuando Michelle logró cerrar la puerta, la señora Perez, una mujer en sus cuarenta con cabello largo castaño y ojos penetrantes y severos, la miró fijamente. Con un movimiento rápido, empujó la puerta de vuelta hacia afuera, usando su fuerza para superar el intento de Michelle de cerrarle el paso. El corazón de Michelle latía aceleradamente mientras la intensa mirada de la señora Perez se clavaba en ella, señalando que no se dejaría detener tan fácilmente.