Kace notó el cambio de expresión en el rostro de Allison antes de que ella lo mirara, lanzándole una mirada sutilmente desafiante como siempre. Luego su mirada se desvió hacia su madre.
—Voy a irme ahora, mamá —anunció ella.
Con paso firme, salió de la casa con Kace detrás de ella.
—¡Disfruta de tu tiempo con Kace Wallace! —gritó la señora Quinn, intentando llamar la atención de sus vecinos que iban y venían mientras les decía adiós con la mano.
Allison no se molestó en responderle. Su madre había estado actuando extrañamente amable con ella desde que Kace vino a su casa por primera vez, y tenía una buena idea de por qué la mujer de mediana edad lo hacía.
Kace se adelantó y le abrió la puerta a Allison, también ignorando a la señora Quinn.
—Debes dejar de venir aquí todo el tiempo. También visitaste mi colegio todos los días y ahora, ¿mi casa? —le preguntó a él.
—¿Tienes algún problema con eso? —le preguntó él con una sonrisa burlona en los labios.
