Los ojos negros de Kace se desviaron de las manchas rojas en su piel y se clavaron en los azules y asustados de ella.
—¿Fue Derek? —preguntó.
El rostro de Allison se puso pálido al escuchar su pregunta. Sintió como si su alma acabara de abandonar su cuerpo al mencionar el nombre de Derek.
Cuando se compuso, endureció la cara. —Eso no es asunto tuyo, Kace. Déjame ir o gritaré y le diré a todos que me estás acosando sexualmente. La camisa rota es más que suficiente para probarlo —amenazó, esperando en silencio que él la escuchara y la dejara ir, porque sabía en lo más profundo de su ser que no podía hacer una acusación falsa.
Kace la observó durante unos segundos. Ella se veía asustada y aliviada al mismo tiempo, lo que lo confundió.
De mala gana, la dejó ir.
Inmediatamente, Allison dio varios pasos hacia atrás.
Afortunadamente para ella, la sala de maquillaje era suficientemente grande, así que pudo crear suficiente espacio entre ellos.