—¿Qué estás diciendo, Xavier? —interrogó Claudia a su hijo mientras lo miraba fijamente—. Solo porque se parece a Anastasia, no significa que sea Anastasia —añadió antes de que su mirada se posara sobre Selene, que se había quedado rígida.
Xavier suspiró y se pellizcó la piel entre las cejas frustrado antes de mirar a Selene, quien asintió con la cabeza.
Xavier suspiró una vez más antes de explicarles todo a su madre y a su padre. Como Selene ya había recuperado sus propiedades, a Xavier no le importó decirle también la verdad a su padre. Pero después de contarles la verdad, dudó de que su padre fuera a interrogar a Robert.
—¿Qué? —Claudia exhaló con la mano cubriendo su boca, lágrimas brotando en las esquinas de sus ojos mientras miraba a Selene, que aún estaba sentada en la silla del comedor—. ¿Anastasia? —la llamó.