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Chapter 2 - El niño que solo quedó

Era un día normal en Diagon Alley, el bullicio de los magos y brujas llenaba el aire con risas y conversaciones animadas. Sin embargo, en un rincón apartado de esta vibrante calle mágica, Diego Brando, un niño de diez años, mordía un pan algo duro que había encontrado en la basura. La corteza crujía entre sus dientes, pero no le importaba; era alimento, y en su situación actual, eso era lo único que contaba.

Desde la muerte de su madre, la vida se había vuelto una lucha constante por la supervivencia. Diego recordaba las palabras de su madre: "Nunca agaches la cabeza ante nadie". Esa frase resonaba en su mente mientras observaba a los magos pasar a su lado, ajenos a su sufrimiento. Algunos llevaban joyas brillantes y vestían túnicas elegantes; otros simplemente disfrutaban de un helado mágico o compraban artículos en las tiendas relucientes. Para ellos, Diagon Alley era un lugar de maravillas; para él, era solo un recordatorio de lo que nunca tendría.

Con el estómago vacío y el corazón pesado, Diego se dirigió a su trabajo diario: repartir periódicos por unos pocos sickles. Se ajustó la chaqueta raída y salió a la calle. El aire fresco le golpeó la cara mientras se mezclaba con la multitud. A pesar de su situación precaria, había algo en él que no se rendía. Tenía una determinación ardiente que lo mantenía en movimiento.

"¡Periódico! ¡Últimas noticias del mundo mágico!" gritó mientras corría entre las piernas de los transeúntes. Algunos lo ignoraron, otros le lanzaron miradas despectivas. Pero había unos pocos que le sonreían o le compraban un ejemplar. Cada sickle que ganaba era una pequeña victoria.

Mientras entregaba un periódico a una anciana bruja con un sombrero extravagante, notó algo extraño al final de la calle: una entidad que parecía observarlo desde las sombras. Su corazón latió más rápido; no era la primera vez que sentía que alguien lo seguía. Sin embargo, decidió ignorar esa sensación inquietante y continuó con su trabajo.

A medida que avanzaba el día, Diego comenzó a preguntarse si alguna vez podría escapar de esta vida miserable. ¿Existiría algún lugar donde pudiera ser libre? Donde pudiera ser más que solo un niño huérfano luchando por sobrevivir en un mundo cruel?

Mientras pensaba en esto, sintió una extraña energía recorrer el aire a su alrededor. Era como si algo estuviera cambiando en el ambiente. Diego siguió repartiendo periódicos sin darse cuenta de que estaba a punto de cruzar caminos con fuerzas que cambiarían su destino para siempre…

Diego, tras terminar su trabajo y recibir un galeón de pago, caminaba de regreso a su hogar. El viejo local que antes había sido una florería era ahora su refugio, un lugar inhóspito en la sección de Nocturne Alley. A pesar del ambiente sombrío que lo rodeaba, Diego se esforzaba por mantener vivas las flores que su madre tanto amaba. Eran un recordatorio de los días más felices, cuando la vida parecía menos dura.

Mientras avanzaba por la calle, notó al señor Borgin, el propietario de la tienda de antigüedades, tirando objetos dañados a la basura para hacer espacio en su tienda. Diego se detuvo un momento, observando cómo el hombre se alejaba con desdén. Sin pensarlo dos veces, se acercó a la pila de basura. Sabía que entre esos objetos desechados podría encontrar algo útil o interesante.

Con manos rápidas y hábiles, comenzó a hurgar entre los restos. Encontró algunas cosas que podrían servirle: un viejo frasco de cristal, un par de plumas desgastadas y un libro cubierto de polvo. Mientras lo sacaba de la pila, sintió una extraña vibración proveniente del interior del libro. Era como si algo estuviera llamándolo.

Intrigado pero también cauteloso, decidió guardar el libro en su bolso de scaraburo heredado de su madre. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de cerrarlo, una pequeña astilla metálica salió disparada del libro y se incrustó en su mano. Diego soltó un grito ahogado mientras sentía una punzada aguda recorrer su cuerpo.

Asustado y con el corazón acelerado, decidió regresar rápidamente a casa. Cada paso era una lucha; el dolor en su mano crecía y una sensación extraña comenzaba a invadirlo. Al llegar a su hogar, apenas pudo abrir la puerta antes de que todo comenzara a girar a su alrededor.

Con esfuerzo logró entrar y cerrar la puerta detrás de él. Pero antes de poder pensar en qué hacer o cómo quitarse esa astilla del cuerpo, sus piernas cedieron bajo él y se desmayó en el suelo frío y duro.

La oscuridad lo envolvió por completo mientras caía…

Diego despertó en un mundo completamente blanco. Todo a su alrededor era una vasta extensión de luz inmaculada, y por un momento, se sintió impotente y perdido. "¿He muerto?", pensó, convenc de que estaba atrapado en elbo. La idea lo llenó de pánico, y en medio de su angustia, una risa resonó a su alrededor, burlona y profunda.

De repente, el suelo bajo sus pies comenzó a transformarse. La luz blanca se desvaneció y fue reemplazada por una mano oscura que emergía del vacío, envolviéndolo en su fría sombra. Diego se encontró en medio de esta extraña manifestación, temblando mientras miraba hacia adelante.

Frente a él apareció un ser imponente, con una presencia que irradiaba tanto poder como misterio. Su figura era indistinta, como si estuviera hecha de sombras danzantes. Con un gesto suave, el ser lo saludó.

"Bienvenido, Diego Brando", dijo con una voz que resonaba como un eco lejano. "Lamentablemente, ha habido un error en tu reencarnación y tuvequeintervenir".

Diego frunció el ceño, confundido y asustado. "¿Qué quieres decir? ¿Reencarnación? Yo… yo solo soy un niño huérfano".

El ser continuó: "Tu vida actual no es más que una parte de tu existencia. Te devolveré tus recuerdos; aquellos que has olvidado y que son esenciales para comprender quién eres realmente".

Antes de que Diego pudiera protestar o hacer preguntas, sintió una oleada de energía recorrer su cuerpo. Recuerdos comenzaron a fluir hacia él como imágenes fugaces: momentos de alegría y tristeza, risas compartidas y lágrimas derramadas. Pero también había dolor; un dolor intenso que lo atravesaba como cuchillos afilados.

Gritó mientras las memorias lo inundaban: visiones de memorias pasadas, decisiones difíciles y amores perdidos. Cada recuerdo parecía desgarrarlo por dentro hasta que finalmente la tormenta cesó.

Cuando la última imagen se desvaneció, Diego cayó al suelo, respirando con dificultad. Miró al ser frente a él con confusión y asombro. "¿Quién soy yo?", preguntó con voz temblorosa.

El ser sonrió levemente, aunque su rostro seguía siendo indistinto. "Eres mucho más de lo que crees. Ahora debes decidir qué harás con este conocimiento renovado".

Diego sintió cómo la realidad comenzaba a desvanecerse nuevamente a su alrededor mientras la luz blanca regresaba lentamente. Sabía que estaba a punto de regresar a su vida actual, pero esta vez no sería el mismo niño huérfano sin rumbo; ahora llevaba consigo los ecos de su pasado y un futuro diferente.

El ser, con su presencia imponente y su voz resonante, se despidió de Diego. "Recuerda, jugador", dijo con un tono que combinaba solemnidad y diversión. "Tienes un trato conmigo. No te olvides de entretenerte en este nuevo camino que has elegido".

Con esas palabras, la luz blanca comenzó a brillar intensamente, envolviendo a Diego una vez más. Sintió cómo su cuerpo se desvanecía en esa luminosidad, y antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, todo se volvió negro.

Cuando finalmente despertó, se encontró tendido en el suelo de su hogar en Nocturne Alley. La habitación estaba en silencio, pero algo llamó su atención: sintió un ligero escozor en la mano donde había estado la astilla metálica. Miró hacia abajo y vio cómo el metal incrustado había salido de él, cayendo al suelo con un suave tintineo.

Era una pequeña punta de flecha dorada que brillaba con una luz propia. Diego la observó con curiosidad mientras rodaba por el suelo hasta detenerse frente a un libro que había caído de su bolso. El libro, que antes había estado cubierto de polvo y parecía viejo y desgastado, ahora resplandecía como si fuera nuevo.

Se agachó para recogerlo y notó que en la portada había varios símbolos extraños que nunca había visto antes. Sin embargo, una palabra era claramente legible: "THE GAMER SYSTEM STAND".

Diego sintió una mezcla de emoción y confusión al sostener el libro entre sus manos. ¿Qué significaba esto? ¿Era parte del trato que había hecho con aquel ser misterioso? Con el corazón latiendo con fuerza, abrió el libro y comenzó a leer las primeras páginas.

A medida que las palabras danzaban ante sus ojos, comprendió que este no era un libro común; contenía reglas y habilidades que parecían sacadas de un mundo de fantasía. Era como si le ofreciera la oportunidad de convertirse en algo más grande, algo poderoso.

Diego, aún exaltado, se sentó en su cama, el libro y la pequeña flecha dorada brillando intensamente en sus manos. Los recuerdos comenzaron a inundarlo como un torrente imparable. Recordó su vida anterior, cómo había vivido hasta los 50 años en el año 2037. Revivió cada momento: su niñez, las risas y las lágrimas, los sueños que había tenido y las oportunidades que había dejado pasar.

La memoria más vívida fue la de su muerte, un trágico encuentro con un ladrón que le había arrebatado la vida en un instante. En ese momento de desesperación, recordó cómo conoció a la entidad que lo había traído de vuelta. Era una criatura aburrida, que imitaba a sus hermanos en el vasto universo. Le ofreció una segunda oportunidad: reencarnarse en un mundo diferente y cumplir tres deseos.

Diego había sido astuto al formular sus deseos. Primero, pidió un cuerpo combinando lo mejor de los personajes humanos de JoJo's Bizarre Adventure, deseando tener la fuerza y habilidades de esos personajes extraordinarios. Luego, solicitó un aprendizaje acelerado para poder dominar cualquier habilidad o conocimiento que deseara adquirir. Y por último, pidió un sistema overpowered que le otorgara ventajas inimaginables en este nuevo mundo.

Sin embargo, después de hacer esos deseos, todo se volvió borroso hasta hoy. Había vivido su vida como Diego Brando, una versión física más joven del antagonista de "Steel Ball Run". Había experimentado aventuras y desafíos, pero siempre sintió que algo faltaba.

Ahora tenía frente a él el libro titulado "THE GAMER SYSTEM STAND" y la flecha dorada que parecía pulsar con energía. Mientras pensaba en todo lo que había pasado y lo que aún podía venir, una oleada de frustración lo invadió.

"¡Maldición!", exclamó mientras golpeaba la cama con el puño. "¿Por qué no me di cuenta antes? ¡Tenía todo esto justo frente a mí, maldita amnesia pos reencarnación, maldito sea el mundo mágico que me quito a mi madre!".

La ira se mezclaba con la emoción mientras reflexionaba sobre las posibilidades que se abrían ante él. Con este nuevo sistema y los recuerdos de su vida pasada fluyendo nuevamente en su mente, Diego comprendió que tenía una oportunidad única para cambiar su destino y vivir como quiera.

sintió una oleada de energía recorrer su cuerpo mientras el libro se convertía en particulas y formaban una pantalla holográfica frente a él, iluminando su habitación con un brillo suave y etéreo. Las palabras flotaban en el aire, cada una resonando con un significado profundo que lo llenaba de asombro y emoción.

Sistema Stand Activo

Usuario: Diego Brando Black

Edad: 10

Vitalidad: 900/900

Stand: ???

Mana: 200/220

Fuerza: 32.7

Velocidad: 20

Agilidad: 30

Resistencia: 20

Inteligencia: 180

Sabiduría: 169

XP: 0/100

Lv: 0

Las estadísticas eran abrumadoras. Diego se dio cuenta de que no solo había sido reencarnado en un nuevo mundo, sino que también había heredado habilidades y potenciales que superaban cualquier cosa que hubiera imaginado.

A medida que leía las habilidades, su mente comenzó a conectar los puntos. Era hijo de DIO, uno de los antagonistas más poderosos del universo de "JoJo's Bizarre Adventure", y ahora estaba en un mundo donde la magia era real, siendo el una función con el mundo, "Harry Potter". La combinación de estos dos mundos le daba una ventaja única.

Las habilidades enumeradas eran impresionantes y lo mejor es que contaban sus habilidades de su vida pasada:

Mago: +12% en aprendizaje mágico y derivados.

Black: +11% en magia de aspecto gris y negra; +20% en artes de sombra.

Jostar: +5% en fuerza; +7% agilidad.

Supervivencia: +5% sabiduría; +29% adaptación.

Contador: +11% en inteligencia; +32% en cualquier campo que use números o matemáticas.

Abogado: +6% sabiduría; +33% en cualquier campo relacionado con leyes.

Domador de Bestias: +39% en domesticación de cualquier bestia o animal.

The Gamer: Un cuerpo y mente que no siguen las pautas del mundo.

Y luego estaba el stand: SCARY MONSTERS, un nombre era igual al del stand del Diego brando original. La idea de tener un stand propio lo emocionaba, pero también lo llenaba de curiosidad sobre sus habilidades ocultas.

"¡Esto es increíble!", pensó Diego mientras absorbía toda la información. El administrador había ajustado los parámetros y eventos del mundo para adaptarlos a su nueva vida como jugador. Tenía la oportunidad de ser algo más grande, algo poderoso.

"Esto es como un sueño hecho realidad", murmuró Diego mientras sonreía ante las posibilidades que se abrían ante él. Con diez boletos gacha y una guía del jugador como ayuda adicional, sabía que tenía muchas herramientas a su disposición para comenzar esta nueva aventura.

Con determinación renovada, decidió que no podía perder tiempo. Tenía mucho por hacer: explorar sus habilidades, descubrir el potencial de su stand y prepararse para lo que vendría al ingresar a Hogwarts.

"Voy a aprovechar al máximo esta segunda oportunidad", se dijo a sí mismo mientras cerraba los ojos por un momento, visualizando el futuro lleno de riquezas, mujeres y desafíos emocionantes. Con el corazón latiendo con fuerza, supo que estaba listo para enfrentar todo lo que este nuevo mundo tenía reservado para él. ¡Era hora de convertirse en el jugador y ser el hombre estúpidamente rico, que siempre había soñado ser!